Lara Alfaro/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Cuando vemos a un niño obeso lo primero que pensamos es en su salud, las afectaciones que este sobrepeso tiene sobre su organismo, pero existe otra área que sufre con este problema, como lo son sus emociones.

Fayne Esquivel Ancona, maestra de post grado de la facultad de psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), considera que los pequeños que presentan aumento en su peso están envueltos en un círculo vicioso, ya que al ser víctimas de burlas y rechazo, se produce la ansiedad que es calmada con la comida, continuando así el incremento en kilos. 

En su charla sobre la obesidad y sus efectos en la psicología de los infantes, realizada en el XXIII Congreso Mexicano de Psicología que culmina hoy en el Centro de Convenciones, indicó la especialista que a  pesar del aumento en la incidencia de obesidad infantil en el país, sólo 15% de los padres llevan a los hijos a las consultas psicológicas por problemas depresivos asociados a su peso. 

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“Este problema generalmente se presenta en la primaria, cuando los menores son ridiculizados por su apariencia, además de excluirlos de las actividades por ser generalmente torpes para moverse, esto los lleva a que se intensifiquen los trastornos alimenticios.  

Una alternativa para hacerle frente a esta problemática son las actividades de educación física en las escuelas, pero indicó Jorge Coral Coral, director de Educación Básica en la zona norte, que con la Reforma Educativa se redujeron las horas a los maestros de esta cátedra.  

Señala una publicación de 2013 del Sistema de Información y Gestión Educativa, junto con el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), que en Quintana Roo 2.78% de la matrícula total de docentes, son de educación física.

A parte de los ejercicios, agregó Esquivel Ancona, el trabajo para aumentar la autoestima del niño por parte de padres y maestros, así como incluir la asesoría de un nutriólogo y psicólogos, son parte de los pasos que se deben incluir para que los infantes con sobrepeso tengan un peso acorde a su edad y una excelente salud mental. 

Cómo detectar si tu hijo es víctima de burlas

• Se vuelve tímido.
• Es callado en casa, no habla de su rutina en el colegio.
• No es invitado a fiestas ni a reuniones entre compañeros de escuela. 
• No va feliz a su escuela.