Vuelve la contaminación en cenotes y cuerpos de agua en Cancún, a menos de seis meses desde que fueron limpiados por personal del Ayuntamiento de Benito Juárez.

Los cenotes de las regiones 510, 244, 233, 229 y Rancho Viejo tenían nuevamente botellas de plástico, vidrio, envolturas, y hasta bolsas de basura.

Esto, luego de las labores de saneamiento realizadas entre abril y agosto pasado en las que se retiraron, en conjunto, más de media tonelada de residuos sólidos.

(Foto: Paola Chiomante)

Alonso Fernández Lemmen Meyer, titular de la Dirección General de Ecología, señaló que como otra medida para prevenir la contaminación en estos cuerpos de agua, diariamente se refuerzan operativos en establecimientos como restaurantes y negocios generadores de residuos.

“(Se hace) en alrededor de 10 locales que están en cruces o avenidas principales o cerca de zonas con muchos negocios, para ver que cuenten con su permiso de operación vigente y que estén cumpliendo con la adecuada disposición final de sus residuos”.

De acuerdo con información de la Dirección General de Ecología, en Cancún hay identificados más de 40 cuerpos de agua, de los cuales este año se atenderán mínimo 24, entre los que se encuentran al menos tres con contaminación elevada, como el ubicado en el cruce de Rancho Viejo con Arco Norte, que en su última limpieza se reportó la extracción de más de 90 kilos de residuos.

En estos cenotes urbanos se tiene, entre la diversidad de flora y fauna, presencia de especies protegidas a nivel federal, como el caso de la palma chit.

(Foto: Paola Chiomante)

En el caso de que se sorprenda a una persona dañando algún ejemplar de especie sujetas a la NOM 059 de la Semarnat; el Código Penal Federal (CPF) indica que recibirá una sanción de hasta nueve años de prisión, y una multa por el equivalente de trescientos a tres mil días.

Pero, a pesar de la situación de los cenotes, hay ciudadanos que afirman no estar enterados sobre cuál es el manejo eficiente de los residuos, por lo que se opta por dejar la basura al exterior de sus hogares, expuestas a los animales callejeros y al viento que la arrastra a los humedales.