"No me eche inglés", secretario

Soy de la generación que se formó con el Plan para el Mejoramiento y la Expansión de la Educación Primaria...

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Soy de la generación que se formó con el Plan para el Mejoramiento y la Expansión de la Educación Primaria (o plan de 11 años) impulsado por Adolfo López Mateos en México. Los niños de aquel entonces aprendimos, y bien, a leer y escribir correctamente nuestro idioma, el español; a conocer la historia e identificar a nuestros héroes; memorizamos las fechas históricas y sabíamos a qué hecho se referían; trazábamos y elaborábamos figuras geométricas; en matemáticas calculábamos raíz cuadrada y cúbica en los cuadernos, no en calculadora.

Los niños de primaria de los años 60 tuvimos maestros comprometidos con la enseñanza y que amaban su profesión; eran nuestros guías y ejemplos, bien preparados, respetados, y sí reprobaban a sus alumnos, no como ahora que literalmente se prohíbe hacerlo… y ahí están las consecuencias de nuestro rezago educativo.

Por cierto, ya teníamos entre nuestras materias Civismo, en los libros de La Patria, que complementaba lo que en casa nos enseñaban nuestros padres. En cuanto al inglés, llegaba en secundaria como una materia más. En suma, los niños egresábamos de primaria bien preparados para la secundaria o para la escuela de la vida quienes ya no podían continuar los estudios, porque en seis años aprendíamos a aprender.

Esta semana, un niño (Nuño) –ahora adulto – que no se formó en los años que refiero ni en una escuela pública, presentó el Plan para el Mejoramiento y la Expansión de la Educación Primaria, con el que se pretende implantar un cambio en la educación del país, uno más de los que no han podido cuajar: el inglés obligatorio en la educación básica, para que en 20 años todos los estudiantes de primaria, secundaria y bachillerato hablen y escriban correctamente ese idioma. De esto, seguramente el profe Alejandro Castro Escalante abundará en su columna "Gis y pizarra".

Y no es mala idea ser bilingües, pero si el inglés "tiene que ser parte del derecho a una educación de calidad", como dijo el titular de la SEP, primero debe garantizarse que todos los niños egr

Soy de la generación que se formó con el Plan para el Mejoramiento y la Expansión de la Educación Primaria (o plan de 11 años) impulsado por Adolfo López Mateos en México. Los niños de aquel entonces aprendimos, y bien, a leer y escribir correctamente nuestro idioma, el español; a conocer la historia e identificar a nuestros héroes; memorizamos las fechas históricas y sabíamos a qué hecho se referían; trazábamos y elaborábamos figuras geométricas; en matemáticas calculábamos raíz cuadrada y cúbica en los cuadernos, no en calculadora.

Los niños de primaria de los años 60 tuvimos maestros comprometidos con la enseñanza y que amaban su profesión; eran nuestros guías y ejemplos, bien preparados, respetados, y sí reprobaban a sus alumnos, no como ahora que literalmente se prohíbe hacerlo… y ahí están las consecuencias de nuestro rezago educativo.

Por cierto, ya teníamos entre nuestras materias Civismo, en los libros de La Patria, que complementaba lo que en casa nos enseñaban nuestros padres. En cuanto al inglés, llegaba en secundaria como una materia más. En suma, los niños egresábamos de primaria bien preparados para la secundaria o para la escuela de la vida quienes ya no podían continuar los estudios, porque en seis años aprendíamos a aprender.

Esta semana, un niño (Nuño) –ahora adulto – que no se formó en los años que refiero ni en una escuela pública, presentó el Plan para el Mejoramiento y la Expansión de la Educación Primaria, con el que se pretende implantar un cambio en la educación del país, uno más de los que no han podido cuajar: el inglés obligatorio en la educación básica, para que en 20 años todos los estudiantes de primaria, secundaria y bachillerato hablen y escriban correctamente ese idioma. De esto, seguramente el profe Alejandro Castro Escalante abundará en su columna "Gis y pizarra".

Y no es mala idea ser bilingües, pero si el inglés "tiene que ser parte del derecho a una educación de calidad", como dijo el titular de la SEP, primero debe garantizarse que todos los niños egresen de primaria sabiendo leer y escribir bien, pues actualmente hasta los de nivel preparatoria tienen deficiencias en comprensión lectura, escritura y matemáticas, como comprueban los exámenes que se aplican; por eso se debe privilegiar el aprendizaje de nuestra lengua, así que, por lo pronto, "no me eche inglés", señor secretario.

Anexo "1"

Militares estudiando

Hasta el siglo pasado se podía ingresar a las fuerzas armadas contando solo con la primaria, y años antes bastaba saber leer y escribir. Conocimos en nuestros primeros años en la Marina a varios maestres (sargentos) y oficiales que no tenían más que estudios básicos, pero algunos mandos daban facilidades para continuar los estudios y muchos aprovecharon la oportunidad. Me cuento entre ellos.

Ahora, el requisito mínimo para el Ejército y la Armada es secundaria, y hay muchas opciones para cursar carreras desde técnicas hasta profesionales. De hecho, es parte de la formación militar la preparación continua si se quiere escalar jerarquías y cargos mejor remunerados. El estudio no solo permite mayor conocimiento, sino también una mejor calidad de vida y amplía nuestro horizonte en la vida, aunado a la satisfacción personal de ser una persona preparada.

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