Angélica Gutiérrez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Algunos padres utilizan a sus hijos como herramienta de trabajo. El Despacho del Trabajo Infantil del Desarrollo Integral de la Familia municipal  (DIF), detecta en promedio 50 niños por mes,  que trabajan con sus padres denominados “acompañantes”.

Aumentan los ingresos 

Miguel Francisco Hernández Cauich, encargado de dicho departamento, explica que son niños de cero a seis años de edad que se ven obligados a laborar con sus papás, además de ser utilizados como imagen sentimental y así las ganancias sean mayores. El DIF municipal hasta la fecha lleva 809 asesorías para que los padres no obliguen a los pequeños a trabajar y no lleguen a una instancia mayor.

A esa edad no son conscientes si quieren trabajar o no, de cierta forma son inducidos por sus padres que por lo regular son comerciantes e imponen una actividad para el niño. También se registró un número de 88 niños que laboran de manera itinerante en la ciudad y aumenta en vacaciones o temporada alta, para sacar algo de dinero mientras no van a la escuela.

Erradicar este problema social es difícil y más cuando el niño va creciendo, porque siente  la responsabilidad de ayudar a su familia, se considera que a partir de los 10 años el menor adquiere conciencia y experimenta el sentido del deber para ayudar con la problemática económica de su familia y los padres se aprovechan y se excusan con el desconocimiento de la ley.

La vida de un niño que trabaja cambia radicalmente 

Esto les afecta psicológicamente de acuerdo con Carlos Oy Niñez, psicólogo en la Coordinación Psicológica del DIF, la vida del menor cambia de manera radical si trabaja a temprana edad, porque vive un rol que no le corresponde y deja las actividades fundamentales para su desarrollo de lado, además de violar los derechos que un niño tiene, tienden a madurar más rápido, los cambios se notan más cuando se convierte en adolescente, están propensos a la rebeldía y a las drogas, esto no quiere decir que pase con todos, pero están más predispuestos.

Para terminar con este problema, se necesitan padres más responsables así no habría la necesidad que un menor trabaje, advierte.