A tan solo diez días de la jornada electoral que se anticipa como la más competida de la historia, la batalla política más brutal se vive en el pujante municipio de Solidaridad (Playa del Carmen) tanto en la contienda por la presidencia municipal como la de la diputación federal del Distrito 01, convirtiendo a la demarcación en una virtual zona de guerra donde todo vale, desde las infames “fake news” hasta el fuego amigo.

Los candidatos del “Frente”, Cristina Torres Gómez que busca la reelección como alcaldesa y Miguel Ramón Martín Azueta que compite por la diputación federal, solo llevan ese epíteto en el nombre de su coalición, porque lo que menos han hecho durante toda la campaña es un frente común contra sus rivales.

Por el contrario, la alcaldesa con licencia y toda su impresionante estructura promueven el voto por debajo de la mesa ¡a favor de la priista Leslie Hendricks Rubio!, quien además tiene el respaldo de importantes grupos empresariales muy cercanos a su padre, el ex gobernador Joaquín Hendricks Díaz, dispuestos a apostar fuerte con recursos para la movilización del día D.

Pese a ello, no es Leslie la principal preocupación del astuto Miguel Ramón, sino la candidata de Morena, Adriana Teissier Zavala, quien sin dar golpe en campaña amenaza con apuntarse un triunfo cómodo solo montada en la ola de Andrés Manuel López Obrador.

Por su parte la ex priista y neopanista Cristina Torres Gómez también empieza a sentir los síntomas propios de un agudo nerviosismo ante el crecimiento de la candidata de Morena Laura Beristain Navarrete, lo que se percibió con toda claridad en el debate organizado por el Ieqroo esta semana.

Laura Beristáin, con todo y su costal de negativos -el apellido sinónimo de oportunismo, la mala imagen de su hermana #LadySenadora, los nexos de su clan familiar con el Frankenstein de Borge, Félix González Canto- es una política fajadora que sabe pegar donde duele, lo que sumado al efecto AMLO se torna en una amenaza que quita el sueño de reelección a Cristina Torres.

Pero no es una batalla de dos, ya que el priista Martín de la Cruz no está pintado y dispone de una maquinaria con mucho caballaje de fuerza en la estructura de la CROC.

Y ese es un factor que le está pegando a Cristina Torres, pues en el choque de estructuras con el priista se están anulando el uno al otro abriendo paso para el emergente Morena.

Sin claros favoritos, Playa del Carmen es una incógnita electoral donde puede pasar cualquier cosa.