“Las naciones más adelantadas son siempre las más marineras”. (Ralph Waldo Emerson)

 

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Hoy, en el puerto de Tampico, Enrique Peña Nieto encabezará como presidente su último Día de la Marina Nacional, en medio del encono de un gran sector de marinos mercantes, que se considera relegado ante sus homólogos de la Armada, pues les ha quitado los mandos de la capitanías de puerto y echó por la borda los proyectos que, al inicio del sexenio, parecían trazar un mejor rumbo a la Marina Mercante.

 

Desde 2013 se planteó hacer de México un moderno centro logístico global y contar con puertos de clase internacional, para lo cual el 30 de abril de 2015 la Cámara de Diputados aprobó el dictamen de la Ley Federal para el Fortalecimiento de la Marina Mercante y de la Industria Naval Mexicana, que incluía crear un Instituto Autónomo de Estudios Náuticos y Portuarios de la Mercante, para desarrollar la educación formal e integral de la gente de mar. Era una buena noticia para las escuelas náuticas de Veracruz, Tampico y Mazatlán, pero...

 

El gobierno dio la ciaboga y en vez de aprobar esa norma que finalmente se fue a pique en el Legislativo, el 19 de diciembre de 2016 publicó reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, de la Ley de Navegación y Comercio Marítimos y a la Ley de Puertos, para que la Semar creara la Dirección General de Capitanías de Puerto y Asuntos Marítimos, y así la Armada asumiera el control y vigilancia de las zonas marítimas nacionales. Fue un golpe de timón para los marinos civiles.

 

En este contexto, no hay que olvidar que la conmemoración de hoy, en que por lo general se relega a segundo plano a los mercantes, se originó con la Nacionalización de la Marina, es decir, que los buques con bandera mexicana navegaran con el total de su tripulación integrada por mexicanos, y precisamente un barco mercante, el “Tabasco”, concretó lo establecido en la Carta Magna, al realizar, en 1917, la travesía de Veracruz a Progreso. Además, las Armadas tuvieron su origen en la necesidad de proteger el tráfico marítimo que realizan las marinas mercantes.

 

Así, agraviados, los egresados de las tres escuelas náuticas del país escucharán los discursos oficiales este Primero de Junio en que ellos poco tienen que celebrar. Ya vendrán mejores vientos y buena mar para que la Marina Mercante navegue a la misma velocidad que sus hermanos de la Marina de Guerra.

 

El proyecto que naufragó

 

El 27 de noviembre de 2015. Guillermo Ruiz de Teresa, coordinador general de Puertos y Marina Mercante, escribió en uno de dos artículos publicados en El Universal:

"El presidente Peña Nieto ha dado un nuevo impulso a la Marina Mercante con la Ley de Fortalecimiento de la Marina Mercante y de la Industria Naval Mexicanas, que está discutiéndose en el Senado y va a ser fundamental para formular políticas públicas dinámicas y hechas a la medida del sector marítimo. Sin mencionar, la emisión de dos nuevos reglamentos que llevaban pendientes más de 9 años (...)

"(...) decir que la Marina Mercante Mexicana vive el mejor momento de su historia no es un eufemismo; es una realidad que se demuestra con el número y la excelencia de sus marinos mercantes, el tonelaje de registro bruto y la cantidad sin precedentes de barcos de bandera mexicana, así como la permanente oferta de nuevos barcos petroleros, pesqueros y turísticos. Seamos capaces de apreciar la fortaleza de nuestra Marina Mercante y reconocer cómo se ha desarrollado en los últimos 40 años".

Como ya comentamos, esa ley para fortalecer a la Mercante, naufragó en el Congreso.