El turismo y las prioridades nacionales

La actividad turística nacional ha crecido siempre a pesar del intervencionismo gubernamental

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La actividad turística nacional ha crecido siempre a pesar del intervencionismo gubernamental en su regulación y por lo menos en la primera etapa de la cuarta transformación republicana de Andrés Manuel López Obrador el sector tiene más muestras de  abandono que de impulso, con la desaparición del Consejo de Promoción Turística de México (CPTM) y el freno a proyectos como el de Pueblos Mágicos, cuyo número no incrementará en el sexenio que inicia, quedando pendientes por lo menos cuatro demarcaciones quintanarroenses que no obtendrán ese distintivo.

Miguel Torruco Marqués, titular del ramo en la administración entrante, señaló en su momento que el impulso gubernamental se centrará en hacer del turismo un mecanismo de desarrollo y que se impulsarán nuevos destinos –seis en concreto- para que la derrama económica llegue a nuevas regiones del país, pero por lo pronto abandona la promoción que hasta ahora se ha hecho de la actividad, de manera tal que el gobierno quintanarroense, encabezado por Carlos Joaquín González, ha tenido que disponer de recursos enteramente locales para suplir la carencia ya programada para 2019, pues los recursos que se utilizaban para ello ahora se reorientarán a acciones de infraestructura como el llamado Tren Maya.

El incumplimiento federal no se centra sólo en la cancelación de la reubicar la Secretaría de Turismo (Sectur) en Quintana Roo –como prometiera López Obrador en campaña-, sino con el retiro abrupto de los recursos de promoción, que se suman al abandono que ya tuvo la actividad durante la mitad del sexenio de Enrique Peña Nieto, pues en los últimos tres años el presupuesto federal no dejó de reducirse, y a pesar de ello el número de visitantes no dejó de crecer, a grado tal que México volvió al top ten de países con mayor número de turistas, ubicándose actualmente en el sexto sitio mundial.

Torruco Marqués hizo énfasis –antes de que asumiera el cargo- de que el gobierno buscará no sólo incrementar el número de turistas, sino incrementar los recursos que se obtienen de la actividad, pero también señaló en su momento que proyectos como el de pueblos mágicos deberá tomar su enfoque original, pues ya son 120 y desde su perspectiva son demasiados, por lo que el freno a la entrega de esos distintivos imposibilitará que lugares como Calderitas, en Othón P. Blanco; la cabecera municipal de Felipe Carrillo Puerto, del mismo nombre; y Holbox, en Lázaro Cárdenas y hasta Puerto Morelos, simplemente no alcancen el objetivo de transformarse y obtener recursos por esta vía.

Sin promoción, sin pueblos mágicos, con la intención del impulso a nuevos destinos –pero sin claridad en la estrategia-, sin la atención a temáticas como la recuperación de playas o la ampliación de la infraestructura en los destinos ya consolidados, no se entiende entonces cómo hará la actual administración para lograr que el turismo genere desarrollo; porque el Tren Maya operará casi al final de la administración lopezobradorista, ¿y mientras tanto, que las entidades carguen la responsabilidad federal?

Por cierto, la reubicación de Sectur a Chetumal, estuvo pensada para impulsar la economía local, para dinamizar los sectores económicos y consolidar la infraestructura necesaria que equilibrara el desarrollo del norte y el sur de Quintana Roo, y ahora Torruco Marqués asegura que no llegará porque no hay infraestructura, ¿pues quién los entiende? Las contradicciones de la cuarta transformación republicana, evidenciadas, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra.

 

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