Los cambios en el gabinete

La gran expectativa que persiste entre los interesados en la administración pública

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Si lo que espera el lector es encontrar en este texto los nombres de todos aquellos a los que el gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, les dará las gracias por haber participado en su gobierno sin dar resultados, puede dejar de leer en este punto porque no es así; en contraparte, el escribiente pretende poner en relevancia la gran expectativa que persiste entre los interesados en la administración pública por dichos cambios y eso no es, bajo ninguna circunstancia, una señal positiva.

Esto, porque las expectativas se generan de los deseos y aunque pueden estar inspirados por un anhelo personal de colocarse en el gobierno o de que algún cercano lo haga y gracias a ello obtener algún beneficio, también y son los más, están los que desean ver fracasos en la administración pública o los que simplemente no perciben un cumplimiento en las promesas lanzadas desde el 2016 y ninguna de las tres premisas representan un factor positivo para el buen gobierno.

Ahora bien, yerros públicos los ha habido indudablemente, el mandatario ha reconocido además que los resultados de su gobierno no han estado a las alturas de las expectativas ciudadanas –tal cual lo dijo en su segundo informe-, pero no señaló en cuáles áreas específicamente. derivado de ello y una declaración en la que reconoce la posibilidad de cambios en el gabinete, las especulaciones se han desatado y aun con los esfuerzos de comunicación realizados y las comparecencias anunciadas para octubre ante el congreso local, lo que realmente tiene fijada la atención pública son los posibles cambios de los que se van.

La oficialía mayor estaría aún por definirse; decididos los cambios están, de acuerdo a las especulaciones, en el sistema quintanarroense de comunicación social, en la fiscalía general del estado, la secretaría de salud y dos o tres más. sobre la seguridad no hay duda ¿pero son sólo esas áreas en las que no ha habido los resultados esperados?, ¿así lo está percibiendo el mismo tomador de la decisión final?, ¿los funcionarios que sean removidos, serán colocados en otras áreas de la administración? si esto es así ¿no será entonces que el “decisor mayor” ve una falta de resultados por las condiciones que imperan en las dependencias y no en la incapacidad de los funcionarios? esas son las respuestas que, desde la perspectiva del escribiente, debieran buscarse, porque revelarán el diagnóstico y criterio que priva en quien decide el equipo que lo acompañará el resto de la administración.

Más aun, la percepción pública es que hay resistencia a los cambios por una natural negativa a reconocer la falta de avances, pero si ya el mandatario hizo el acto de contrición en su informe ¿cuándo entonces serán anunciados los ajustes al equipo de trabajo? ¿Antes de las comparecencias?

Gobernar, sin duda, desgasta, pero con resultados magros genera también impactos en lo electoral, y parece que es ese el impacto que pretende aminorarse para 2019, sólo falta que los ajustes recompongan el ambiente público y que sea para lograr lo prometido, sino de nada servirán, así se observa desde aquí, a tiro de piedra. nos leemos en la próxima.

 

 

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