Con una arriesgada apuesta, la nueva dinámica política ha comenzado a evidenciarse en Quintana Roo, en donde la costumbre política más elaborada era la obediencia a pie juntillas, pero los gobiernos municipales de Morena están en marcha y la reforma constitucional enviada para su aval pudiera ser frenada en un hecho inédito.

Que sea positivo en el caso específico no lo considera el escribiente, ya antes ha fundamentado la urgente necesidad de soluciones en materia de seguridad, independientemente del origen de los funcionarios y considerando además que los protocolos están cada vez más unificados a nivel nacional; pero como fenómeno de estudio es sumamente interesante, porque la alternancia política a nivel de los municipios quintanarroenses están a punto de cambiar la historia local, aquella en la que el aval de los ayuntamientos a reformas constitucionales era un mero trámite, pues se entendía que era instrucción “desde el poder.”

Benito Juárez rechazó eliminar la exigencia de residencia para el futuro fiscal, Felipe Carrillo Puerto lo avaló y los municipios priístas –que se han rebelado como los nuevos aliados del gobernador Carlos Joaquín González- avalaron la medida: Isla Mujeres, al mando de Juan Carrillo Soberanis; Puerto Morelos, a cargo de Laura Fernández Piña; y hoy jueves debe aprobarse Cozumel. Mañana viernes aprobaría José María Morelos y Tulum, de origen panista, y con eso serían seis las alcaldías en favor de la reforma, faltaría sólo un municipio.

Si los morenos, todos, votan en contra; tampoco avalará la reforma Solidaridad, Lázaro Cárdenas y Othón P. Blanco –la capital-, y quedará la esperanza de obtener el voto pendiente en Bacalar; será el gobierno –bastante gris, pero al fin un voto- de Alexander Zetina el que, rayando, daría el aval para que la reforma constitucional propuesta sea avalada, por primera vez en la administración joaquinista la “plancha” está comprometida y ello, al parecer, implica que desde ahora Morena hará sentir su fuerza, el PRI regresa al redil del gobernador, el PAN-PRD muestra su poca capacidad de incidencia –aunque numéricamente por esta ocasión sean valiosos- y el mandatario y la legislatura, deberán revalorar a sus aliados, no sólo los políticos, sino de la sociedad civil en general. La “nueva mayoría” ha hecho su primera aparición.

La reforma muy probablemente se consiga, a menos que Zetina Aguiluz recuerde que su líder ideológica, Elba Esther Gordillo Morales, ya es aliada del presidente morenista; pero en el fondo hay algo más que esta reforma, está la competencia por la integración del Congreso del Estado en 2019; si así fuere, la modificación no pasará, Morena hará sentir su fuerza y la actual administración se dará cuenta que ni sumando a los priístas podrá hacer modificaciones futuras; insistimos, revalorar a los aliados políticos; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.