Seguridad y turismo, los temas
La seguridad es sin duda una condición social, pero por mucho es también una percepción...
La seguridad es sin duda una condición social, pero por mucho es también una percepción que se magnifica a partir de la incomunicación institucional, generando con ello un aparente vacío de autoridad que siempre es ocupado por la especulación pública y esa suele ser lapidaria con la autoridad si los ciudadanos no “perciben” resultados.
Esta semana Quintana Roo sustituirá a los responsables de sus áreas de seguridad, el miércoles Rodolfo del Ángel Campos dejó la titularidad de Seguridad Pública y en su lugar asumió Jesús Alberto Capella Ibarra; y en cuestión de horas se concretará la salida del fiscal Miguel Ángel Pech Cen.
Ninguno de los dos supieron explicar los alcances de su tarea, sea porque no la comprendieron o porque simplemente no tuvieron la capacidad para transmitirlo, Capella Ibarra se percibe diferente, muy “amigo del micrófono”, conocedor de los temas fundamentales y de los procesos federales establecidos, un equilibrio en ambas facetas incidirá sin duda en el ánimo público, “ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre”, los quintanarroenses hemos tenido ya experiencias más que negativas con funcionarios proclives a declarar demasiado sin ofrecer resultados concretos, recuérdese el lamentable caso de Carlos Bibiano Villa Castillo, el “mata zetas” que con Roberto Borge llegó al cargo, y lejos de beneficios dejó mayor criminalidad.
Capella Ibarra tiene buenos y malos señalamientos; los malos destacan que sus gestiones no han generado mejora ni en Tijuana ni en Morelos y que se enriqueció ilícitamente; los buenos que su involucramiento social ha movido a diversos sectores poblacionales a involucrarse con el tema de seguridad; en su natal Tijuana fueron las movilizaciones de miles de ciudadanos para demandar seguridad lo llevaron a su primer cargo policial y en Morelos los sectores empresariales le reconocieron su labor, a pesar de su enfrentamiento con el hoy gobernador electo y ex futbolista profesional, Cuauhtémoc Blanco.
Ante la ola delictiva, apenas el 24 de julio pasado el gobernador quintanarroense, Carlos Joaquín González, presentó el llamado “modelo Quintana Roo”, que busca atender las causas estructurales de la delincuencia e involucra a 34 dependencias estatales en sus procesos preventivos con cuatro ejes principales, dos de ellos: el fortalecimiento institucional y la constitución de la ciudadanía activa, pudieran atenderse en lo inmediato si Alberto Capella Ibarra hace lo que ya ha realizado en sus anteriores encargos, la toma de decisiones científica e informada y el fortalecimiento social serán además los retos a corto plazo.
Hay otros dos ejes transversales: derechos humanos y cultura de la legalidad, esos deberán construirse con el paso de los meses y el desempeño en el cargo, pero lo cierto es que el nuevo titular y la experiencia que le antecede parecen responder justamente a los requerimientos para la instrumentación del modelo presentado. Los cambios ya han sucedido, falta el involucramiento de la sociedad y que cada cual haga lo que le corresponda, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.