Herencia nefasta

Durante los últimos días las policías de Quintana Roo han asestado duros golpes al crimen organizado...

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Durante los últimos días las policías de Quintana Roo han asestado duros golpes al crimen organizado: han caído líderes buscados por mucho tiempo, han desarticulado mafias con presencia perturbadora, y han aportado pruebas contundentes para las sentencias condenatorias.

Según información procedente de las corporaciones, se está cosechando el trabajo policial de inteligencia del último año, y vendrían más noticias alentadoras, sobre todo en lo referente al desmantelamiento de los grupos criminales.

Visto así es alentador el panorama, porque la inseguridad y la violencia son los problemas más graves en la actualidad. Ello nos ha costado sudor y lágrimas en diversos ámbitos. Y era hora de evidenciar que se aplica mano firme cuando es posible y se diseña un andamiaje para consolidar la estrategia de lucha, que además incluye dimensiones antes desatendidas o ignoradas, como la prevención. Un caso ejemplar de la última idea es el Modelo de Prevención, que contempla la recomposición del tejido social.

El gobernador Carlos Joaquín ha explicado que la incidencia delictiva creció por rezagos y carencias heredadas de la última administración estatal. Se divulgó que en el gobierno de Roberto Borge no se reforzó a las policías, se aplicaron mal los recursos económicos, prevaleció la corrupción y se instauró la impunidad como medida de premio para quienes se asociaron al régimen.

Costó tiempo, dinero y esfuerzo diagnosticar esa realidad ocultada, y ha costado más comprobar los avances, pues la sociedad tiene una percepción distinta; es decir, cree que la delincuencia gana terreno, cuando estaría sucediendo lo contrario.

Y es que tanto en Benito Juárez como en Solidaridad aseguran que los delitos del fuero común -que son de su competencia-, no así los vinculados a la delincuencia organizada, cabe aclarar.

Hace unos días el gobernador insistía en que los datos no siempre llegan a la población. Tiene razón. Entre la poca información por la secrecía de las indagatorias; la desinformación, que es peor aún, y la percepción negativa entre los ciudadanos, no se asimila el progreso. Que falta por hacer, no cabe duda, aunque es justo reconocer que en esta gran tarea, que nos compete a todos, por fin se aprueban algunos capítulos.

Los malos no pueden ganar en Quintana Roo, una tierra de bellezas y buenas oportunidades. Eso es definitivo.

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