El poder de la obviedad

Los mexicanos somos una mezcla cultural interesante y dolorosa

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Los mexicanos somos una mezcla cultural interesante y dolorosa, producto de dos mundos más similares de lo que estamos dispuestos a aceptar. La fe mueve más a México que la razón, nos guste o no.

 

El nuevo gobierno federal parece muy consciente de esta situación propia de la psique mexicana. A diferencia de las últimas administraciones federales, @lopezobrador_ sabe de qué lado masca la iguana, y se cansará el ganso antes de que otro lo use.

 

Como prueba de esto se encuentra la más reciente “puntada” del @GobiernoMX respecto al proyecto del #TrenMaya: pedir permiso a la “madre tierra” para iniciar la construcción. La Federación prefirió, antes que ofrecer un estudio de viabilidad, impacto ambiental o claridad en el financiamiento; realizar otra ceremonia supuestamente indígena para legitimar el plan, como ocurrió con el controvertido “bastón de mando”.

 

¿Qué razón hay detrás de tan extravagante idea, propia de regímenes mesiánicos como el de Evo Morales? Muy sencillo: en el fondo, los mexicanos dentro y fuera de línea “ansiamos” los actos de esa índole porque nos evitan cuestionar nuestras propias creencias o certezas.

 

En las benditas redes sociales, lo vemos cuando entregamos la voluntad a nuestros ídolos, a ese usuario que seguimos con deseos de agradar, de que sepa que existimos en el mismo plano digital. Nuestras publicaciones sólo se dirigen a ese usuario, nuestra lógica se mueve sólo para sentirnos cercanos a él e incluso desdibujamos nuestra identidad digital con tal de obtener una mención o que nos agregue a su timeline.

 

Así se maneja ahora el @GobiernoMX: busca llegar a ese pequeño fanático que vive en cada mexicano; despertar la “conciencia de colectividad”, de “diferencia” con el antiguo régimen a fin de crear seguidores a ultranza del ganador, sinceros (aunque perdidos) inquisidores de quienes no comulgan con él, sordos al llamado al entendimiento y la razón, y siempre dispuestos a sacrificar su vida, sus cuentas e imagen digital por la ilusión de sentirse parte de un movimiento reivindicador.

 

¿Cómo puede ocurrir sin cortapisas algo que nos lleva a la sinrazón e idolatría, más aún cuando hemos sido testigos de cientos de ejemplo previos? Por obviedad: los actos mesiánicos del actual gobierno no pueden ser contradichos sin caer en la peligrosa incorrección política.

 

Expresarse en contra de una “ceremonia maya” despertará la ira de los indigenistas, así como cuestionar las #fakenews sobre la Suprema Corte, movilizó a la horda de bots, trolles y usuarios pagados en contra de los columnistas que no se plegaron a la cruzada contra “los altos salarios” pues ¿en qué cabeza cabe el no luchar contra la “injusticia”?

 

Obviedades: esa son las armas con los community managers de la #CuartaTransformación están manipulado a los créditos usuarios de redes sociales; con el encanto de la “legítima lucha de clases”…. ¿a poco no le suena familiar ese bolivariano argumento?

 

 

 

 

 

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