Quieren ser fiscales

El inefable Jesús Armando Liogon Beltrán se inscribió en la competencia por la fiscalía

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El inefable Jesús Armando Liogon Beltrán se inscribió en la competencia por la fiscalía general del estado, pero el espía mayor de los gobiernos de Joaquín Hendricks Díaz, Félix González Canto y hasta Roberto Borge Angulo seguramente está bromeando. El norteño abogado es en verdad de los personajes más repudiados del estado y por supuesto el gobierno actual no le tiene el menor cariño. Es famoso por generar problemas a los gobiernos estatales, mismos que luego se apresta a resolver con la mano en la cintura. Carlos Joaquín González, el gobernador de hoy, no lo puede ver ni en pintura. El tipo está “pelas”. ¡Quiere ser fiscal! Pobrecillo.

Hay muchos aspirantes. Ayer el área sede de comunicación social del Congreso dejó circular una lista: Leopoldo Martín Herrera Manzanilla; David Álvarez Cervera –que fue diputado, muy notable–, Leopoldo Cruz Navarro, Luis Germán Sánchez Méndez –primer egresado de la Uqroo, destacado abogado y policía de cepa–, Óscar Montes de Oca Rosales, Rafael Ermilo Colonia Lizama, Gustavo Salas Salgado, Miguel Ángel Kim Martínez, Ricardo Adrián Samos Medina –ex jefe de la policía estatal, hombre de gran experiencia–, Guadalupe del Carmen Reyes Pinzón, Julio César Moreno Orendáin, Jesús Antonio Villalobos Carrillo, Rodolfo Pérez Velázquez, Joanna María Guadalupe Gutiérrez Martínez, Armando Manuel Ruiz Guerra, Eduardo Sadot Morales Figueroa –brillante abogado, que fue vocero de Joaquín Hendricks Díaz–, Daniel Jesús Rochel Novelo, Moisés Méndez López, Jesús Armando Liogon Beltrán –el del comento, de notables habilidades por bandido que sea: es un excelente abogado– y Pedro Pablo Poot Ek son los querendones.

No vemos en verdad a ningún fiscal de tamaños mayores en la nómina, aunque hay abogados de arrestos –hasta el mismo Liogon, que sí es un jurista capaz, muy inteligente, con todo y lo buscador que resulta–. La competencia está difícil. El interino –uno de los más brillantes abogados de Quintana Roo, que por razones que hemos expuesto en estas líneas, no compite por ley– ha delineado muy bien el perfil que debe tener el próximo abogado del estado.

La verdad es una lista muy buena, con mucha capacidad. Talento sobra. Hay que esperar a ver cuál y de qué tamaño es el compromiso con Quintana Roo. No conocemos a todos, pero de los que conocemos podemos dar testimonio de sus capacidades como juristas y litigantes.

Quintana Roo necesita un abogado hábil, capaz de defender sus causas. Temas económicos, penales y comerciales son de necesidad extrema, que afectarán en sus resoluciones a la gente, que brindarán desarrollo a los pobladores y harán que los quintanarroenses más pobres logren bienestar en la posesión de sus tierras, terrenos ejidales y posesiones legítimas.

Aquí el tema no es nada más de que la gente tenga certeza sobre sus propiedades. El asunto es de justicia, de cumplimiento de la ley, de la paz y la seguridad. En Quintana Roo tenemos serios problemas con eso. No cumplimos con nuestras leyes. Quien vaya a ser fiscal general de nuestro estado debe ser un implacable cumplidor de nuestras leyes. ¡Que no se haga tonto, por favor! Queremos a un fiscal justo, que trabaje, que luche. ¡Alguien de ustedes se siente capaz?

 

 

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