Visita de López Obrador: saldos políticos

Entre las posturas que lo minimizan y tratan de entenderlo como mera cortesía

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Entre las posturas que lo minimizan y tratan de entenderlo como mera cortesía republicana y las que lo exultan en demasía como más trascendental que el Abrazo de Acatempan, lo cierto es que el encuentro del presidente electo Andrés Manuel López Obrador con el gobernador de Quintana Roo Carlos Joaquín González, amén de trascendentes repercusiones para del futuro de la entidad –destacadamente en seguridad, con la tácita aprobación del mando único planteado en lo local y coincidente con el nacional–, tendrá efectos políticos muy importantes, en especial para las figuras destacadas del Morena en los gobiernos municipales y en el Congreso de la Unión. No fueron jalones de orejas –de ninguna manera–, pero el eminente visitante que recibieron los presidentes municipales morenistas en Cancún sí puso algunos puntos sobre las íes que deberán registrar quienes quieran seguir surfeando en esa ola.

La senadora Marybel Villegas Canché, verbigracia, que actualmente es el activo electoral más importante del estado para el partido hegemónico –solo se le acerca Mara Lezama Espinosa–, no dejará de tener la aquiescencia presidencial, pues es de las pocas figuras que no fue solo inercia de la ola lopezobradorcista sino que tiene un respetable apoyo popular hacia su persona independientemente del partido que la postule deberá suavizar su discurso contra Carlos Joaquín, quien fue ponderado hasta el encomio por López Obrador, mucho más allá de la diplomacia republicana, el respeto institucional y la cortesía que según el Manuel de Carreño siempre es debida a un anfitrión.

Si la parlamentaria morenista quiere seguir siendo compañera de butaca del presidente en sus vuelos a Quintana Roo y tomarse con él muy majas selfies, cabecita con cabecita, deberá entender que, antes que como enemigo, al gobernador de su estado tendrá que percibirlo como aliado de la causa y tratarlo con respeto. Ya dejó bien claro Marybel que no le hace falta un ápice de carácter y aplomo, pues en la tribuna de Paseo de la Reforma 135 tuvo un desenvolvimiento digno de los políticos más intrépidos y no ha parado en iniciativas y pronunciamientos, pero si anhela un futuro merced a las buenas relaciones que mantiene con su actual jefe político deberá abstenerse de acercar tanto las alitas a la candela.

 

HELADA MADRINA

 

Agridulces –y en algún caso de plano amargas– han sido estas dos semanas de los nuevos gobiernos municipales encabezados por el Morena, aunque la visita del gurú López Obrador, que llegó a Quintana Roo en modo Amlove, debe haberles inyectado considerables ánimos, pues los trató como niños cumpleañeros. La cabeza del cabildo de Benito Juárez Mara Lezama, amén de la más votada –obviamente en sufragios totales, pero también proporcionalmente– ha sido la que más tersa transición ha tenido, con unos pocos asegunes por el nombramiento del relativamente polémico Jesús Pérez Abarca por su borrascoso desempeño en el estado de Morelos, pero poco a poco se fue asimilando que las condiciones que enfrentó no fueron algo así como miel sobre hojuelas y que al tener el aval –por no decir nombramiento– de las fuerzas armadas se entenderá mejor la coordinación con la Policía Militar que ya desplegó unos tres mil elementos en el muy calientito norte del estado.

La alcaldesa de Cancún, fuera de polémicas tan menores como la de la propuesta de homogenizar el nombre del municipio con el de su mundialmente conocida cabecera municipal, en ese eje que se afirmó entre los gobiernos federal, estatal y municipal parece ser que las cosas van a fluir de buena manera, pues el gobernador panista con pinceladas perredistas Carlos Joaquín casi punto por punto ha manifestado coincidencias mayores con los planteamientos de Andrés Manuel, incluso antes de la elección, en particular desde la Asamblea del Goan integrada por siete gobernadores panistas.

 

LA DICHA INICUA…

 

El caso de Laura Beristáin Navarrete, que ganó la presidencia de Solidaridad sin asomo de duda pero por un margen mucho más estrecho, ha tenido más problemas para consolidar su gobierno pero parece que no le faltará el apoyo del presidente y –acorde con el “paquete” de cooperación entre órdenes de gobierno que se consolidó con la visita del jueves– las cosas se irán asentando desde ahora, a casi mes y medio del relevo en el Poder Ejecutivo Federal. Sin embargo un inicial desplante de la alcaldesa al negarse al mando único policial por la defensa de la autonomía municipal –pintando al gobierno estatal como una especie de invasor de las potestades consagradas en el artículo 115 constitucional– ya le causó algunos desencuentros, y ahora resulta que el líder máximo de su causa dijo expresamente que apoya del todo el plan de seguridad pública, combate a la delincuencia y pacificación de Carlos Joaquín, que implica justamente ese mando único, que no se originará siquiera en Chetumal sino en la Ciudad de México.

Ante Loretta Ortiz Ahlf, la coordinadora de pacificación de Andrés Manuel López Obrador, además de legisladores, activistas, periodistas y público en general, Beristain Navarrete indicó que el C4 y parte de la Dirección de Seguridad Pública pertenece a la competencia municipal, como lo indica el Artículo 92 de la Ley de Municipios. Sin embargo el jueves el jefe le arqueó la cejas y le hizo saber que no, que el gobernador es su aliado y que esos jaloneos no vienen al caso.

Para salvar la postura que al arranque fue tan beligerante, la alcaldesa de Playa del Carmen se puso más semántica que Bertrand Russell aduciendo que no se habló de “mando único” sino de “colaboración entre los tres niveles de gobierno”, pero con todo y su legítima defensa de la autonomía del municipio libre no le va a quedar otra que apechugar y entrar al aro… ¡Claro!: siempre y cuando quiera seguir en el mapa del sumo sacerdote Andrés Manuel. El caso es que seguramente se resolvió el intríngulis.

 

HOMÚNCULOS

 

Pero el que caso que sí se ve más difícil entre las nacientes administraciones municipales es del de Othón P. Blanco, al que vuelve a ser presidente el segundo alcalde chetumaleño Hernán Pastrana Pastrana. Desde el principio se le revelaron al veterano político no solo los regidores de oposición, sino algunos de su propio partido, que siguen con rencillas por la designación nada democrática de aspirantes externos como candidatos.

Mas ardió Roma cuando el flamante alcalde designó al suegro del primer regidor José Luis Murrieta Bautista, Otoniel Segovia Martínez, como secretario particular. Luis Gamero Barranco sustituyó de manera interina, pero el arranque del gobierno ya estaba en llamas.

Pero la historia del favorecimiento a familiares no quedó ahí: Daniel Cruz Martínez fue designado oficial mayor y Teodoro Cruz Martínez director de Desarrollo Rural, ambos hermanos de la octava regidora Rufina Cruz Martínez. En vez de reaccionar y darse cuenta de que ya no cuenta con el apoyo ni de sus “correligionarios”, Hernán Pastrana está aferrado a los viejos tiempos de su primera incursión como presidente municipal priista, cuando la palabra del alcalde era vox dei… y se montó en su macho.

La diputada federal por el distrito al que pertenece Othón P. Blanco emanada del Morena Patricia Palma Olvera lo llamó traidor de la ideología lopezobradorista al realizar posibles actos de nepotismo y tráfico de influencias en el ayuntamiento capitalino. La líder barzonista amenazó entonces con ir con el chisme hasta López Obrador, con quien presume de llevarse de “piquete de ombligo”. Aquí si no sabemos cómo le fue a Hernán Pastrana en el marco de la visita de López Obrador, pero en las vísperas estalló otro escándalo, protagonizado por la concejal priista María Hadad Castillo, de colmillo largo y retorcido, y que tiene al director de Comunicación Social al borde de la defenestración, personaje que además es poseedor de toda la tirria de los regidores y los periodistas, pues fue de los más encarnizados en la guerra sucia contra los rivales de su jefe y los comunicadores no afines al proyecto morenista que en el mejor de los casos tildaba en redes sociales de “chayoteros”.

La exdiputada priista Hadad se quejó a voz en cuello en plena sala de cabildos de una campaña sucia emprendida porque el martes Rodrigo Madera Izquierdo hizo el envío mediante WhatsApp de un comunicado titulado “Ciudadanos de diferentes comunidades del municipio manifiestan su apoyo a Don Hernán Pastrana, presidente municipal de Othón P. Blanco”, y de varias fotografías, una de las cuales muestra a una persona portando una pancarta con la leyenda: “Mary hasta tu hijo usas para hacer publicidad ¿qué se puede esperar de ti?”.

El pequeño tiene síndrome de Down, por lo que su familia desde su nacimiento se ha dado aliento en las redes sociales concitando la simpatía de muchos paisanos chetumaleños, que prodigan likes y mensajes de aliento.

La regidora Hadad tomó la palabra al final de la sesión para denunciar que el funcionario hizo uso de las vías oficiales para emitir un comunicado con imputaciones directas a los miembros del cabildo, sin omitir un infame acto discriminatorio contra el inocente menor.

Es irrelevante si la publicación de la fotografía en comento fue decisión de Madera o si no se fijó en lo que difundía de manera oficial su área gubernamental, pero en cualquier gobierno, sobre todo en uno que no ha llegado ni a las dos semanas de ejercicio, debiera significar cese inmediato.

La crítica al funesto nepotismo en el gobierno municipal causó el escándalo de la fotografía y se ha sabido de amenazas graves a usuarios de redes sociales que reprodujeron las notas de medios y portales sobre el caso de los parentescos entre los funcionarios del ayuntamiento, que presuntamente provienen de trolls comisionados por el furibundo locutor. Pero Hernán Pastrana mantiene una defensa estilo partisano de la Segunda Guerra Mundial a sus muchachos, aun cuando la batalla terminó el 28 de junio pasado. El jefe de prensa ya fue denunciado penalmente ante la Fiscalía General del Estado por violencia política por razones de género en los términos del artículo 133 del Código Penal del Estado de Quintana Roo, y en caso de ser encontrado culpable podría alcanzar hasta cinco años de cárcel.

Así de grave y así de mal las cosas para Hernán Pastrana.

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