El descontento de los “todo incluido”

Los hoteleros se han ofendido porque se les señala como evasores fiscales.

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Tan sólo para 2016, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) detectó que los hoteles “todo incluido” evadieron más de mil 500 millones de pesos de impuestos y, para el caso de Quintana Roo, centro vacacional donde se ubican la mayoría de estos hoteles en México, entre el 40 y 60 por ciento de ellos ha dejado de pagar en el presente año el llamado Impuesto al Hospedaje, situación que ha sido posible por la falta de regulación en la operación de ese tipo de negocios, y a que fue un tema que evadieron todos los representantes populares federales, incluido por supuesto el aun senador de la República, Félix González Canto, presidente de la Comisión de Turismo en la Cámara Alta.

Los hoteleros se han ofendido porque se les señala como evasores fiscales; sin embargo, el calificativo lo ha puesto el SAT, instancia que denunció desde el año anterior que los “todo incluido” no pagan el Impuesto Sobre la Renta ni el Impuesto al Valor Agregado, cuando los turistas pagan con tarjeta de crédito sus reservaciones desde fuera del país; aún más, no dan prestaciones laborales porque utilizan las empresas outsourcing o “pagadoras”, sin que hasta el momento haya instancia alguna que logre regularizar su operación; en contraparte, las empresas “todo incluido”, de acuerdo al portal Reportur, han dejado de pagar el Impuesto al Hospedaje por falta de transparencia en su aplicación.

La inconformidad aducida es la falta de transparencia en la aplicación de los recursos, lo que por cierto ha dividido al sector hotelero de Cancún, el principal destino turístico de Latinoamérica, a pesar de que el gobernador Carlos Joaquín González ha mostrado su preocupación por conjuntar y enfocar los esfuerzos para beneficio de la actividad turística estatal; pero lo cierto es que las empresas siguen aprovechando los esquemas fiscales a su alcance para evadir impuestos, y al menor intento de regulación aducen falta de transparencia en la aplicación de los recursos. Y de nuevo ¿dónde está el presidente de la Comisión de Turismo del Senado, o aparecerá ahora para prometer soluciones, a nueve meses de dejar el encargo?

Lo cierto es que el juego de simulación debe terminar; si el SAT ya detectó la evasión, deberá ajustar la normatividad para corregir, en lo local deberán también instrumentarse las acciones necesarias y, los hoteleros, deberán acreditar con hechos el discurso de legalidad que exigen, porque lo que evaden cada año es muy superior a lo que tributan por Impuesto al Hospedaje, pero aún más, el no pagar pretextando falta de transparencia, los hace doblemente evasores, tanto de lo que no enteran al SAT, como lo que dejan de pagar a la entidad.

Por último, lo que también es cierto es que hay una inconformidad manifiesta del sector turístico de diversas partes de la entidad, con respecto al desempeño de la titular del ramo en la entidad, Marisol Vanegas Pérez; pero no debe desdeñarse el desempeño del mismo mandatario en el sector turístico durante los últimos doce años, así que si lo ajustes son necesarios, seguramente no es con el “pie en el cuello” como deben negociarse, porque el gobierno requiere, ciertamente, de los recursos que generan las empresas turísticas, pero la concordia no debe pasar por acuerdos para evadir la ley.

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