Por primera vez México fue sede de la Organización de los Estados Americanos, y en específico Cancún estuvo ante los ojos del mundo durante varios días al reunir en este bello caribe mexicano más de mil 600 personas, entre ministros, delegados, asociaciones civiles, empresarios, políticos y medios de comunicación, entre otros.

Durante la sesión ordinaria de los países miembros definida por la agenda en tres etapas, unas más polémicas que otras, hubo eventos paralelos que eran de interés para las asociaciones civiles y para los que buscaban un lugar para expresar las necesidades apegadas a las realidades, en la toma de decisiones de los gobernantes actuales de cada país en Latinoamérica. Gracias al avance tecnológico, como ciudadano también se podía  estar escuchando en vivo las sesiones que permitían tener acceso a información diversa; tal es el caso de un panel temático en el que se habló de las oportunidades y desafíos para el liderazgo de las mujeres en las Américas.

El Secretario General de la OEA, Luis Almagro, señalaba en su discurso durante ese encuentro que hoy en día los países cuentan con una amplia defensa de los derechos políticos de las mujeres, con instrumentos jurídicos y políticos internacionales que reconocen su participación en la vida pública. Pero, ¿cuáles son entonces las oportunidades y los desafíos que tenemos las mujeres?

Tenemos más oportunidades y ventajas en todos los sentidos que en generaciones como las que le tocaron vivir a mis abuelas o bisabuelas. Ahora, desde el espacio laboral de mis lectoras, saben que pueden proponer y ejecutar proyectos e ideas, definitivamente con iniciativa y actitud muchas cosas pueden ser posibles.

Actualmente en las empresas es viable que una mujer ocupe un puesto importante, que siempre he dicho es un tema de perfil, si estás preparada para desenvolverte en ese espacio y te apasiona, sin duda puede ser posible.

Se debe continuar por el camino de crear y fortalecer políticas públicas que nos den certeza jurídica en temas de igualdad de género, no como una competencia extremista de ocupar los espacios, sino de complementarnos con los hombres, ambos géneros aportamos perspectivas distintas.

Y sin duda, entre los retos que vivimos es el del cambio de mentalidad. Toda cultura debe evolucionar y abrirse a nuevas etapas, hoy es la época donde más mujeres nos vamos integrando a la política, a la cultura, dando como resultado grandes líderes con vocación.

Sin duda debemos también replantearnos qué proyectos o qué ideas proponemos, ser más precisas con más visión y ambición, sin llegar a perderse o cegarse por el poder.  De nada sirve hacernos mujeres competitivas y cumplir con los perfiles que nos exige la vida cotidiana, si nos perdemos en nuestra esencia.

Trabajemos por un país con oportunidades, pero donde siempre prevalezca el respeto.