Alerta contra prestamistas

La Secretaría de Seguridad Ciudadana ha emitido una alerta a la población sobre la existencia de grupos de prestamistas que operan en la entidad...

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La Secretaría de Seguridad Ciudadana ha emitido una alerta a la población sobre la existencia de grupos de prestamistas que operan en la entidad y que, afirma, algunos pertenecen al crimen organizado.

¿Y por qué no los captura? ¿Su función no es la de prevenir el delito?

Estos grupos de prestamistas ahí están, ahí a la luz, incluso se promocionan para que la gente necesitada de dinero caiga en sus redes. Y están libres, operando a sus anchas y cobrándose muy a la mala, de manera muy agresiva contra aquellos que no pueden cumplir con el pago puntual.

Casos de incendios de autos, gente golpeada e incluso asesinada por estos grupos del crimen organizado han aparecido continuamente en los medios de comunicación… y ahí siguen.

El problema radica en que la policía opera de manera reactiva, es decir, agentes accionan una vez cometido el delito y éste es denunciado, para después tratar de tapar el pozo ya con el niño ahogado.

La población no necesita de este tipo de alertas, la gente requiere seguridad, que las corporaciones policíacas –municipales, estatales y federales- actúen previo a la comisión de un crimen. Y –repetimos- en este caso los prestamistas ahí están, ahí frente a la autoridad, una autoridad que sabe del peligro y advierte que son bandas criminales.

Es como la madre que le dice a su hijo, “no vayas a tomar esto porque es veneno”. Y nos preguntamos: ¿No sería mejor dejarlo fuera del alcance del menor, taparlo bien y guardarlo?

¿No sería mejor investigar y aprehender a estos malhechores antes de cometer más crímenes?

Los prestamistas se anuncian como la gran oportunidad de la gente para obtener dinero fácil y rápido, ponen sus números telefónicos y enganchan los más necesitados e ingenuos, quienes son obligados a cubrir altos intereses y, en caso de no cumplir, son severamente agraviados, hostigados, amenazados y agredidos en sus pertenencias y hasta de manera física.

Este ha sido el modus operandi de la delincuencia desde hace años en Quintana Roo y en todo el país, y que delinque de una manera por demás impune y quizá hasta solapada.

Ahí tienen, señores diputados, un tema para legislar, un tema para apretar tuercas, un tema que ya no puede continuar.

Ya no son los agiotistas de antes, ahora son criminales organizados… y al parecer solapados.

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