Aniversario de Cancún: Ana Paty 10 - Fonatur 0
Lo vivido en días recientes en Cancún no tiene precedentes. La celebración por su 53 aniversario fue lograda...
Lo vivido en días recientes en Cancún no tiene precedentes. La celebración por su 53 aniversario fue lograda con un escrupuloso cuidado, lo que generó una desbordante respuesta de la ciudadanía y un éxito a todas luces: Medio Maratón, desfile, reapertura de la Yaxchilán, Triatlón, reunión de los fundadores, en fin… fiesta que aglutinó a la sociedad, que la hizo convivir y que impulsó la tan anhelada identidad.
Todo en un nivel que roza la excelencia, al participar niños, jóvenes, adultos y adultos mayores, dentro de un ambiente familiar, con plena seguridad, organización y orden.
La calificación en este festejo fue muy elevada. Sin embargo, como siempre, aparece el frijol en el arroz, el villano de la película, el bobo que nadie quiere. Y ese fue el improvisado delegado de Fonatur en Cancún.
Sí, se trata de un mozalbete tabasqueño llamado José Manuel Leyva. Uno de esos “Grinch” a los que les raspa la felicidad de otros, que son incapaces de integrarse y formar parte de, porque ellos deben ser los protagonistas, la estrella de la fiesta, o de lo contrario hacen todo lo posible por terminar con el festejo, por estallarlo, derrumbarlo y, aunque sea, aparecer como el malo.
Y este improvisado fuereño lo logró.
El chamaquito este –que de ninguna manera es cancunense- se sintió autoridad y por sus pantalones ordenó colocar aspersores de agua en el jardín donde se celebraría el picnic de los fundadores de Cancún. Sí, de quienes llevan décadas viviendo en esta ciudad, y que abrieron brecha hasta lograr colocarla como el principal destino turístico de México y de Latinoamérica, con el objeto de echarles a perder el merecido convivio.
¿Y sabe por qué tomó la decisión? Porque no le pidieron permiso, porque no lo invitaron.
“Estúpido, ignorante, prepotente…” son apenas los calificativos más decentes que algunos miembros de la Asociación de Fundadores (entre ellos algunos ex presidentes municipales) expresaron en contra del tabasqueño.
Cierto es que el jardín, situado a la entrada de la zona hotelera, pertenece a Fonatur, pero el delegadito –dijo Carlos Cardín- debe saber que ni él ni la instancia que encabeza son autoridad. El Fondo no es más que una agencia inmobiliaria (al menos lo fue) y hoy solo sirve para la jardinería de la zona hotelera, para el tratamiento de aguas y nada más.
Ojalá que los paisanos de este delegadito tomen pronto la decisión de removerlo, como lo hicieron con el anterior, porque este tipo de personas son exactamente lo que Cancún rechaza, aborta. Y disculpe el exabrupto, amable lector, pero este chamaco no es más que un naco que cree que tiene poder, y no lo tiene, quizá ni en su casa.
Y que sepa bien que sus desplantes en nada mancharon la gran fiesta lograda por Ana Patricia Peralta, quizá la presidenta municipal más cancunense en la historia de esta ciudad.
Eventos como éste son los que permiten la convivencia y el trato directo entre la gente, lo que se convertirá en mayor identidad de Cancún, medicina ésta de muchos males que padece la ciudad.