El suertudo del Idaipqroo
¿A qué santo le reza José Orlando Espinosa Rodríguez, comisionado presidente del intrascendente Instituto...
¿A qué santo le reza José Orlando Espinosa Rodríguez, comisionado presidente del intrascendente Instituto de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales del estado (Idaipqroo)?, se preguntan propios y extraños ante la buena fortuna presupuestal de la que hace gala el fantasmal funcionario consentido con jugosos millones por tres Legislaturas diferentes.
La pregunta es tan válida, porque el Idaipqroo -cuyos resultados son prácticamente invisibles para la sociedad quintanarroense- es el único organismo autónomo que ha duplicado su presupuesto en el estado en menos de un lustro, de 2016 a la fecha.
Aquí van los fríos números que demuestran el apapacho con billetes a este paquidermo burocrático: en 2016, ejerció un presupuesto de 26 millones 261 mil 802 pesos para sus operaciones. Con ese dinero les alcanzaba a la tercia de consejeros de "transparencia" agenciarse un sueldazo integrado de casi 80 mil pesos, más viáticos, bonos, combustible, auto oficial de lujo y gastos médicos privados.
Pero en 2017, ya con la "Legislatura del Cambio" al mando del panista Eduardo Martínez Arcila, el Idaipqroo recibió un presupuesto de ¡43 millones 547 mil 561 pesos!, que representó un aumento porcentual del 66 por ciento de un trancazo.
Ese presupuesto siguió creciendo en 2018 y 2019, año en el que recibió poco más de 45 millones de pesos.
Y para este año 2020 en el que se avizora una situación económica complicada, por lo que muchas dependencias e institutos sufrieron dolorosos recortes a sus presupuestos, el Idaipqroo sorteó sin problemas el temporal y recibió ¡otra ampliación presupuestal!, de unos 2 millones de pesos.
Si, el propio Orlando Espinosa presumió que superaron la barrera de los 47 millones de presupuesto, suficiente para abrir nuevas oficinas en Cancún, aunque las de la capital siempre se encuentran semivacías y encontrar en ellas a alguno de los "comisionados" es casi un milagro.
¿Y en qué se gasta tanto dinero? Pues en concursos de dibujo y firmas de convenios simulatorios y ya, porque en todo el 2019, el Idaipqroo no sancionó a ningún sujeto obligado. ¡Ni uno!
Y entonces, si todos los sujetos obligados cumplen perfectamente con las obligaciones de transparencia y todo es color de rosa, ¿para qué rayos gastamos tanto en mantener una burocracia inoperante?