Carta abierta a Peña Nieto

Distinguido Señor Presidente.- Para que me entienda voy a usar palabras de Forrest Gump...

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

No hay grandes hombres; hay grandes retos

C. Enrique Peña Nieto.
Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
Presente.

Distinguido Señor Presidente.-

Para que me entienda voy a usar palabras de Forrest Gump: “la vida es como una caja de chocolates. Nadie sabe qué le va a tocar.”

Ergo: nadie escoge su circunstancia; le toca.

A estas alturas le debe quedar más que claro que ésta no es la Presidencia que algún día pudo llegar a soñar. Es la que le tocó.

Hace algunos años un político hidalguense soltó en la Sala de Presidentes del PRI que México necesitaba una especie aclimatada de Ronald Reagan para representar el papel de Presidente.

Entonces me pareció un despropósito y hace mucho comprobé que es una locura: no sé si la norteamericana, pero la Presidencia de México no se representa. Se ejerce.

Y tal es su sino y responsabilidad: ejercer la Presidencia de México en días aciagos.

Y lo es porque la Presidencia no es suya como atributo personal, sino que es de los mexicanos como soberanía inmanente, representativa y republicana.

En otras palabras, no es la suerte de Enrique Peña Nieto lo que está en juego; es la patria misma.

Esta Presidencia, si bien no es la que soñó, puede ser una gran Presidencia si la asume y ejerce acorde a sus circunstancias y riesgos.

Tiene usted todo para ser un gran Presidente.

Los grandes políticos son aquellos que, a pesar de sus debilidades, se crecen ante la adversidad.

En otras palabras, no hay grandes hombres; hay grandes retos.

Y el reto de nuestra circunstancia es de grandeza. Asúmala.

Los que apedrearon a Moctezuma fueron los mismos que murieron por Cuauhtémoc; dispuestos a sucumbir en píe de guerra antes que de rodillas.

El miedo, decía mi viejo, no conduce a ningún lado. Los pusilánimes jamás llevan cencerro. Moctezuma se pasmó ante Cortés, Cuauhtémoc se sublimó.

México urge de líder.

Nuestra clase política hace mucho se diplomó en entretelones palaciegos, depredación y senadurías como negocio.

Nuestros partidos son un gargajo.

Nuestros liderazgos sociales de opereta.

Nuestra intelectualidad de Televisa.

México está urgido de dignidad.

Asuma el liderazgo de México antes de que éste se hunda en un populismo que va a dejar a Santa Anna como caricatura.

Asúmalo y cientos de miles de mexicanos lo apoyaremos sin taxativa.

No lo invitó a inmolarse, tampoco a ensangrentar al País; lo insto a gobernar una nación digna y soberana que ha sabido salir airosa y meritoria de todas sus asechanzas con razón y malicia. Una Nación crisol de contradicciones; muestra universal del mestizaje como destino de la humanidad.

“Yo soy yo y mi circunstancia” dijo Ortega y Gasset, pero acotó: “si no la salvo a ella, no me salvo yo”.

Salve su Presidencia, Presidente Peña Nieto; que no es suya, es de México. Sálvese y salve a México.

México está urgido de Usted ejerciendo la Presidencia.

No lo decepcione.

No lo decepcionaremos.

Respetuosamente

Luis Farías Mackey

Lo más leído

skeleton





skeleton