Comedia de Depardieu y Bardot

Convertida ya a la defensora de los animales, la ex diva del cine francés ha tomado otro papel.

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En la célebre adaptación de la novela El desprecio, de Alberto Moravia, Brigitte Bardot interpreta a una joven y bella esposa que decide responder a los guiños del jefe de su vacilante y pusilánime cónyuge, decisión que desemboca en una tragedia. Décadas después, convertida ya a la defensora de los animales, la ex diva del cine francés ha tomado otro papel y, como su antiguo personaje, decidió atender el piropo de un extraño de comedia: Vladimir Putin.

Colgada del escándalo que suscitó el cambio de nacionalidad de Gérard Depardieu, nuevo ruso por acuerdo con el líder del Kremlin, Bardot ha advertido que ella seguirá ese camino si no se escucha su demanda de impedir la aplicación de la pena de muerte… a dos elefantes.

Los paquidermos, de 42 años, padecen tuberculosis y un tribunal de Lyon los ha condenado por el temor de que el mal se propague en los humanos.

El caso de Nepal y Baby, que así se llaman los sentenciados, ha generado una polémica en Francia tan encendida como la transmutación de Depardieu en cosaco, por lo que la otrora actriz aprovecha el paso dado por el ex colega para lanzar diatribas contra su país y la amenaza de acogerse al efecto Putin. “Si los que tienen el poder osan matar a dos elefantes, ya tomé la decisión de nacionalizarme rusa y huir de este país, que no es otra cosa que un cementerio de animales”, escribió Bardot en una carta reproducida por Le Figaro.

Como Depardieu, que declaró su “amor” por Putin y “veneración” a Rusia y su cultura, ella no se detiene en elogios para el gobernante.  Sin embargo, los argumentos de Depardieu son menos románticos y altruistas.

El intérprete de Cyrano de Bergerac y Danton huyó de Francia por el proyecto del presidente François Hollande para subir los impuestos a quienes más tienen, se instaló en Bélgica y obtuvo el pasaporte ruso, no sin antes devolver el francés.

El intercambio de elogios es ilustrativo. Putin dijo: “Si Gérard realmente quiere tener permiso de residencia, puede considerar que el asunto ya está resuelto satisfactoriamente”. Así, por decreto. Nada que ver con los requisitos de Bélgica, donde vive el actor por el momento y país al que primero le hizo saber su intención de naturalizarse: cinco años de residencia o una contribución decisiva al reino, a partir de la nueva ley en la materia, que entró en vigor en el primer minuto de este año.

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