Derecho a la Educación

Poco se sigue hablando del problema que existe en Oaxaca, donde maestros adscritos a la sección 22 del SNTE, anunciaron desde hace más de un año un paro indefinido...

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“Libre y para mí sagrado es el derecho a pensar. La educación es fundamental para la felicidad social, es el principio en el que descansan la libertad y el engrandecimiento de los pueblos”
Benito Juárez.

Poco se sigue hablando del problema que existe en Oaxaca, donde maestros adscritos a la sección 22 del SNTE, anunciaron desde hace más de un año un paro indefinido de labores para manifestar su inconformidad por las reformas en materia educativa y sus respectivas leyes secundarias. Ante esto surgen dudas: ¿qué derecho es más importante? ¿Se debe priorizar el derecho de manifestarse de los maestros? ¿O tenemos que velar por el derecho a la educación de los menores?

La respuesta parece ser obvia. El artículo 28 de la Convención sobre los Derechos del Niño; el artículo 13 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y el artículo 13 del Protocolo Adicional al Pacto de San José, consagran que toda persona tiene derecho a la educación. Los artículos 6 y 7 de la Convención de los Derechos del Niño prevén la obligación del Estado de garantizar, en la máxima medida posible, la supervivencia y el desarrollo del niño.

Al respecto la CNDH ha emitido dos recomendaciones al Estado de Oaxaca, en las que sugiere tomar las medidas adecuadas para garantizar este derecho. Entre estas recomendaciones está la de instruir a los miembros de la Secretaría de Educación (maestros) un curso sobre los derechos humanos y la importancia de la educación. También una que me parece un poco contradictoria:   recomienda instruir a las autoridades de seguridad, en procedimientos, para utilizar legítimamente la fuerza y de esta manera “garantizar la seguridad personal y la protección de los bienes materiales del Estado”.

Esta segunda recomendación me parece inadecuada. La fuerza, aunque sea usada legítimamente, nunca es la solución a los problemas. La primera recomendación, no sólo es necesaria, sino también adecuada y útil, ya que un programa de verdadera concientización sobre la importancia de este derecho, deberá hacer entrar a los maestros en razón, ya que lo único que están ganando de esta manera, es contribuir al rezago educativo en el que México está inmerso. Si no se toman las medidas adecuadas, los menores tendrán cada vez más afectaciones; no sólo están estancando su desarrollo, sino que también están desperdiciando un año de vida, ya que tendrán que cursar nuevamente el ciclo escolar.

Es importante que los menores tengan todas las herramientas a su alcance para poder desarrollar sus habilidades plenamente, pero para esto se necesitan maestros verdaderamente preparados, capacitados, que eduquen y no sólo impartan conocimientos, que enseñen a pensar, que formen una nueva generación de estudiantes capaz de usar un razonamiento crítico adecuado.

Y esto simplemente genera más dudas, ¿será que los maestros de la sección 22, son verdaderamente capaces y calificados? Lo dejo a su consideración.

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