El campeón de la congruencia

El Atlas acumula más de seis décadas sin ser campeón, y aun así...

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El Atlas acumula más de seis décadas sin ser campeón, y aun así, en estos días se convirtió en el club más trascendental del fútbol mexicano en los últimos años…  es más, podría comparársele con un equipo de época, de los que entran en la historia por sus hazañas, aunque en este caso, la institución rojinegra lo hizo de un solo golpe, sin levantar una copa, y fuera de las canchas.

La memoria colectiva es corta en el vaivén de los sucesos cotidianos que se acumulan en la corteza del pensamiento, pero, no por eso se puede olvidar tan pronto el brote de violencia ocurrido en el estadio Jalisco hace poco más de una semana, sobre todo cuando arrojó consecuencias nunca antes vistas en el fútbol nacional.

Cierto, no fue la primera vez que varios sujetos fueron detenidos por la policía en un hecho violento en las tribunas, o por invasión al terreno de juego; anteriormente ha sucedido en nuestro querido balompié, pero los rijosos salían de los separos horas después con el pago de una fianza menor, y no había forma de impedir que, al siguiente juego, volvieran a acudir al estadio, junto con su barra, con el riesgo latente de repetir el círculo vicioso.

Pero el Atlas decidió poner un hasta aquí, y dio una lección a todos.

Resulta un tanto paradójico que muchas voces exigían  acciones rápidas para erradicar los actos vandálicos en los estadios, y ahora, como puede notarse en las redes sociales, no son pocos los que cuestionan el proceder de la directiva de los rojinegros, incluso, reprochándoles un supuesto castigo desmedido contra los barristas detenidos.

Visto como un espectáculo deportivo familiar, en el que padres e hijos, tíos, primos, abuelos,  pueden acudir tranquilamente a los estadios, el tema de la seguridad debe ser prioridad, y el Atlas es el primer club nacional de la historia del fútbol mexicano en pasar de los dichos a los hechos; en una medida insólita, demandó formalmente a los detenidos, así que éstos ya no pudieron recuperar su libertad con el pago de una simple falta administrativa, como solía pasar.

La directiva rojinegra, como ella misma explicó posteriormente en un comunicado a los medios, se asesoró con funcionarios de la Fiscalía General de Jalisco para establecer la demanda, que fue por reparación de daños, y de acuerdo a cálculos por las repercusiones económicas que sufrirá el club, debido al veto de dos juegos a su estadio y a la multa impuesta por la FMF de casi medio millón de pesos (490 mil 700 pesos, para ser exactos), los barristas encarcelados sólo podrán salir libres si pagan, cada uno, una fianza de casi un millón de pesos.

Los 12 pseudoaficionados detenidos, ahora duermen en el penal de Puente Grande por delitos cometidos contra representantes de la autoridad, daños, lesiones, pandillerismo y violencia en eventos deportivos, y uno de ellos fue señalado por el delito de robo calificado. Podrían estar libres y tranquilos en este momento, si el Atlas no hubiera demandado.

Los rojinegros han puesto el ejemplo de cómo se deben hacer las cosas si realmente se quiere erradicar la anarquía en los estadios; en Atlas fueron congruentes, dieron el gran paso de la palabra a la acción, poniendo un auténtico ejemplo para los demás clubes y enseñándoles la forma de proceder para encontrar soluciones a sus problemas con las barras bravas.

Atlas ha mostrado el camino a los otros equipos cuando tengan que lidiar con los desmanes de los pseudoaficionados, pero, los demás clubes ¿se atreverán a hacerlo? ¿Tendrán el mismo valor que la directiva de los Rojinegros para tomar al toro por los cuernos? Usted, amable lector, tiene la última palabra.

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