Escándalo taxista

No paran los escándalos relacionados con el Sindicato de Taxistas "Andrés Quintana Roo" de Cancún...

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No paran los escándalos relacionados con el Sindicato de Taxistas "Andrés Quintana Roo" de Cancún, el más numeroso del estado y probablemente el de mayor incidencia en la historia local. En los últimos días las noticias son de grueso calibre, tal como ha dado a conocer Novedades: detenciones, cateos, drogas, "cuarto de tortura", imputaciones por homicidios, entre otros señalamientos que figuran en las investigaciones de las autoridades competentes, que han confirmado datos concretos. Gravísimo.

Mucho de aquello no es novedoso ni sorpresivo: durante años se ha acusado que supuestas mafias se apoderaron de ciertas áreas para operar a destajo y capricho.

Son innumerables las historias en torno a Uber, plantones y detenciones (por mencionar algunos ejemplos) que tienen vínculos con esos aparentes grupos enquistados al interior, los cuales habrían reaccionado con violencia para defender sus intereses. Todo aquello es público y ahora es materia de indagación.

Frente a dicho panorama tan delicado, y que obedece al ámbito estrictamente judicial, urge una limpia. Debe ponerse control. El despliegue de la Fiscalía General del Estado y de otras instancias con facultades se apega a esa lógica, que no sólo piden sectores de la sociedad, sino del mismo Sindicato, cansados del asedio y fastidiados por las injusticias.

Debe decirse con claridad: una buena parte de "familias al volante" es gente honesta y trabajadora, que sale a ganarse la vida cotidianamente. Cientos de familias viven con decencia y dignamente. No pueden pagar justos por pecadores. La llamada "mafia" es el problema, la que genera caos, la que provoca crisis, la que da mala imagen, la que siembra el terror.

Las investigaciones siguen y deberán arrojar resultados. Mientras ello ocurre la depuración no se frena. Deberán escudriñar cada cuarto y mirar con lupa cada computadora asegurada. Con evidencias en mano, como ha confirmado la FGE, el procesamiento será vital para esclarecer estos y otros hechos, pues cabe repetir: las investigaciones, seguramente, llegarán lejos. A nadie se solapa, se ha dicho con fuerza desde los poderes del estado.

El escándalo taxista en Cancún apenas comienza. Nadie debe olvidar, por otro lado, que en Tulum las autoridades siguieron líneas similares por cuestiones de igual calaña.

En momentos de transformación, también se sacuden sindicatos que históricamente han sido grupos de presión con intereses ajenos a la transparencia, el progreso y el bienestar.

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