Holbox sufre y otros igual

La falta de saneamiento y la degradación de los ecosistemas costeros de Holbox fueron evidenciadas...

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La falta de saneamiento y la degradación de los ecosistemas costeros de Holbox fueron evidenciadas en un reportaje publicado el viernes pasado en este diario, firmado por Stephani Blanco, en seguimiento noticioso a lo ya consignado por otros periodistas de casa.

En una de sus más recientes entregas, Blanco refiere que el caso ha sido presentado por agrupaciones civiles a la Oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos, de la ONU, debido a la afectación sistemática del entorno.

Dos datos proporcionadas por la periodista exhiben la magnitud del daño: desde 2016, más de 20 asociaciones han presentado unas 50 denuncias ante la Profepa por tala y relleno de manglar. Además, la misma dependencia federal confirmó en terreno, hace unos días, que al menos 36 proyectos turísticos fueron desarrollados al margen de la ley.

Las publicaciones referidas no solo son oportunas (por fechas conmemorativas recientes, como el Día de los Océanos), sino también acordes a una exigencia de la comunidad científica respecto al cuidado ambiental y afín a iniciativas ciudadanas que buscan “justicia” en otros ámbitos, más allá del político.

El contexto local no se contrapone al mundial, ya que las investigaciones periodísticas que tienden a documentar el deterioro de los ecosistemas están marcando agenda a grupos empresariales, organizaciones ambientalistas, asociaciones civiles, instancias gubernamentales y otros entes corresponsables.

Novedades está comprometido con esta causa. En dicha temática, su línea editorial no ha estado supeditada a la moda; por el contrario, ha insistido en la idea de que, si seguimos viviendo con esta visión errónea, pondremos en riesgo de extinción la vida de otros seres vivos, por lo que urge un ambiente sano, en equilibrio y adecuado.

Pronto, políticos o servidores públicos con aspiraciones reflotarán este y otros temas con el fin de ganar simpatizantes, aunque no tardarán en olvidar que el medio ambiente es una cuestión trascendental y de carácter transversal, ya que incumbe a todos.

Pero en el fondo, estas coberturas tienen un propósito más noble: encender las alarmas, en su justa dimensión, para debatir posibles soluciones.
Esta vez fue puesto el ejemplo de Holbox, pero la isla no es el único territorio en peligro: se estima que el 90% de la polución marina del planeta procede de actividades humanas realizadas en tierra firme. Al año se registra 10 millones de toneladas de residuos en los mares, lo cual equivale a un camión de basura cada minuto, según cifras de la ONU.

El mismo organismo multilateral alerta: los plásticos, como bolsas, envases, tapas, popotes o filtros, matan a un millón de pájaros y a 100 mil mamíferos marinos al año. Por si esto fuera poco el calentamiento de los océanos corresponde a como si estuviéramos explotando cinco bombas de Hiroshima cada segundo.

Por tales motivos, iniciativas locales como la exclusión de los popotes en hoteles, son bienvenidas.

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