Julia y Pastora, bordadoras de milagros

En la comunidad de Xpichil, en Felipe Carrillo Puerto, viven Julia y Pastora...

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En la comunidad de Xpichil, en Felipe Carrillo Puerto, viven Julia y Pastora; son mujeres indígenas mayas que toda su vida se han dedicado a bordar con sus grupos de mujeres, en equipo para salir adelante. Casadas y con hijos que estudian con mil y un esfuerzo, son dos mujeres bordadoras de 400 que hay en la comunidad.

Los hijos de Julia: Venancia de 27 años, casada, estudió en la Universidad de Quintana Roo (UQROO),  donde actualmente trabaja y cursa una maestría en “Lengua Inglesa”. Edgar, de 22 años, es Ingeniero Agrónomo egresado de la Universidad Intercultural de Quintana Roo. Rusel, de 21 años, estudió Bachillerato y trabaja de mesero en Playa del Carmen. Leyder de 20 años, estudia el quinto semestre de la carrera de medicina en la UQROO. Esmeralda, de 12 años, cursa el primer año de secundaria y Brian, de 9 años, estudia cuarto grado de primaria en la comunidad de Xpichil.

Pastora Coh tiene cuatro hijos, está casada y su marido se dedica a la milpa. Sus hijos son: José Alberto de 20 años, quien estudia el quinto semestre de ingeniería en Sistemas en el Tecnológico de Carrillo Puerto; Anuar, de 17 años, estudia en Carrillo Puerto el tercer semestre de Bachillerato; Mildred de 13 estudia segundo año de secundaria y Leysha de 11 estudia sexto año de primaria en la comunidad de Xpichil.

Con tristeza recuerdan que hace mas de 20 años, la Presidenta estatal del DIF, Rosalía Janetti, les apoyaba en su oficio, comprándoles sus  bordados que exponían y vendían en Cancún, Cozumel e Isla Mujeres, cuando había que dar un regalo a nombre del Estado a una visitante, se le regalaba un hipil “hecho por manos mayas”; así se llamaba el programa, y esto hacia que las bordadoras se pulieran en su afán de vender y ganar dinero, mismo que les da seguridad y libertad.

El discurso

Recientemente en Chetumal, la legisladora priista Diva Gastelum dijo: “Luchar por las mujeres no es una moda es una realidad y el día que se armonice esta sociedad todo será distinto para México, en donde el respeto hacia la mujer sea una cultura y donde exista políticas públicas que generen paridad, bienestar y sobre todo que cada mujer tenga claridad hacia dónde llegar”.                                  

La impunidad

Mientras en Quintana Roo, el Poder Judicial de la Federación otorgó un amparo a Noé Loeza Galera, quien en agosto del año pasado fue detenido por la Procuraduría de Justicia del Estado como presunto responsable del asesinato de Lorena Esther Cahuich Uicab, quien era empleada del Centro SCT Quintana Roo. 

Aunque en su momento se afirmó que confesó su crimen, la justicia federal le concedió el amparo con el argumento de que su proceso estuvo viciado, por lo que tendrá que ser liberado en un lapso de tres días.

Trascendió que Loeza Galera no podrá ser reaprehendido, pues al Fiscal de la Procuraduría General de Justicia, se le venció el término constitucional para impugnar el amparo, y ni que decir del caso de Sara Ferral Pacheco, a la que ni expediente se le abrió.

Hoy son tantos los infortunios de las mujeres mayas, por la falta de oportunidades de empleo, la impunidad, la indiferencia, y la falta de solidaridad del mismo género en todos los rubros, que las hace estar en la más triste de las pobrezas y los olvidos.

Hoy tenemos alrededor de 10 legisladoras locales y federales, que bien podrían ir a Xpichil a comprarles bordados para vender o regalar una prenda bordada por manos de mujeres mayas, pero ellas se acuerdan de las indígenas solo cuando quieren su voto.

Urge visualizar a las mujeres mayas y no victimizarlas, con sus sueños, con su esfuerzo, con sus bordados, como son llenas de esperanzas, plenas en sus capacidades de mujeres, madres, esposas, hijas y  sobre todo ciudadanas a quienes “desde el estado” deberían ser atendidas y escuchadas.

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