A ya varios meses de haber asumido Morena el gobierno federal, las alcaldías de Quintana Roo, por lo menos dos municipios y el congreso local, los gobiernos emanados de la 4T en la entidad no han introducido un cambio significativo que permita decir que hay un antes y un después de los gobiernos panistas o priistas.

Por el contrario, pareciera que lo que tenemos es una simple continuidad del gobierno anterior, con algunos pequeños agregados. Tal parece que a poco más de un año de distancia algunos morenos no han superado la resaca del festín del primero de julio de 2108. Se han dedicado, en todo caso, a organizar reuniones sin importancia para crear estructura que evidentemente está fuera del marco normativo, pues comienzan por carecer de legalidad y legitimidad jurídica.

En el caso de los municipios de Othón P. Blanco y Solidaridad el desencanto de la población es más que evidente. Obviamente muchos de estos ciudadanos no esperarían que hubieran cambios radicales en cuanto al abatimiento de algunos problemas, pero sí cuanto a las formas de gobernar o de hacer las cosas, cambios en cuanto a la forma de plantearse los problemas o en cuanto a los proyectos y la construcción de una nueva gobernabilidad. Es en este ámbito donde pueden hacerse cambios desde el primer día cuando realmente llega un gobierno distinto; sin embargo pareciera ser que por ejemplo para Otoniel Segovia Martínez de lo que se trata es de hundir cada día mas a la capital de Quintana Roo siempre y cuando sus bolsillos y cuentas personales vayan a la alza.

Morena pese a quien le pese no es un partido diferente o una organización nueva y con una composición política distinta, sino que en esencia es un partido que se integra por viejos cuadros del PRI de los años sesenta y setenta del siglo pasado, así como por varios cuadros panistas que dominados por la ambición personal emigraron hacia Morena en distintos momentos. Andrés Manuel López Obrador ha señalado que la política en la cuarta transformación significa valores, pero también eficiencia y es ahí donde cuadros de Morena por lo menos en quintana roo no han sabido cómo avanzar y concretar las metas planteadas. Basta con recorrer las calles de la ciudad de Chetumal o inclusive los pasillos del palacio municipal para conocer la percepción que tiene la ciudadanía y su propia gente acerca del trabajo que dice ha realizado.

Además, en ese inter, muchos han sucumbido ante presiones de diversas esferas de poder y se prestan a actos de corrupción, lo cual se puede ir documentando. En 2018, los ciudadanos eligieron a Morena con la esperanza de un cambio en el ámbito público, un cambio que debe ser palpable y no solo estar en la mente de políticos de Morena que tienen algún puesto público o popular. Algunos gurús de Morena aparecen como en gobiernos dispersos, descoordinados, sin ruta a seguir, con conflictos o pugnas internas. Esa falta de experiencia y eficiencia se ha visto no solo en los principales ayuntamientos del sino también en algunos Congreso, donde varias veces ha fallado la buena práctica legislativa. Algunos ya llevan meses de “trabajo” y aún continúan en la revisión de plantilla laboral o en cambios de direcciones.