La (in) justicia electoral

Treinta y dos entidades de la República Mexicana tienen magistrados electorales intocables, gracias a la “inducida” ocurrencia de un superior que determinó que...

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Treinta y dos entidades de la República Mexicana tienen magistrados electorales intocables, gracias a la “inducida” ocurrencia de un superior que determinó que no pueden ser sometidos a juicio político en lo local, siempre y cuando se trate de allegados al Partido Revolucionario Institucional (PRI). Aun así, la salida de los tres magistrados del Tribunal Electoral de Quintana Roo (Teqroo) es sólo cuestión de tiempo.

El 6 de abril de 2016, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, determinó la destitución del magistrado electoral por Tamaulipas, Luis Alberto Saleh Perales, por haber desempeñado cargos partidistas en el Partido Acción Nacional (PAN) –of course, contrario al del presidente Enrique Peña Nieto y del gobierno local en aquella entidad–. Aunque no hubo unanimidad en si el cargo de “secretario electoral” era directivo o no, por mayoría se determinó su destitución (faltaba más).

En Quintana Roo, el Congreso local intentó someter a juicio político a los magistrados electorales Víctor Vivas Vivas, Vicente Aguilar Rojas y Nora Cerón González, pero Sala Superior del TEPJF determinó que esa instancia no tiene competencia –también por cierto, en decisión dividida. Cabe decir que el diputado presidente de la Comisión de Justicia de la XV Legislatura, Carlos Mario Villanueva Tenorio, declaró que había solicitado a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, su opinión con respecto al caso, antes de instalar la comisión que enjuiciaría a los funcionarios electorales. Si le respondieron o no, el caso es que era una “jugada” que el Legislativo debía realizar, aun con el riesgo de la decisión obtenida.

En un caso supino de simulación, Vivas Vivas ha abandonado la presidencia del Teqroo y en los siguientes días asumiría Vicente Aguilar Rojas, como si eso limpiase la manchada imagen del organismo; ahora que circula a nivel nacional el audio de una llamada telefónica que sostuviera el “vivo” Vivas con el consejero electoral Sergio Avilés Demeneghi, en donde le recuerda que todos le “deben” el nombramiento al ex gobernador Roberto Borge Angulo – sí, también el futuro presidente del Teqroo–. No todo está dicho y faltará solamente una nueva denuncia. Si es que los magistrados utilizan un mismo rasero, a menos claro que sólo el PRI sea el partido de sus “amores”, porque con los allegados al PAN fueron muy duros, Saleh Perales puede dar testimonio de ello.

Cuestión de tiempo ¿cuánto? Pues a lo mejor un año, en que el PRI salga de la Presidencia de la República, en que las visitas al secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, y al coordinador de los senadores del PRI, Emilio Gamboa Patrón, ya no serán posibles, pues dichos funcionarios no serán ya los “todo poderosos.”

Ahora bien, lo que debe ocupar a los tomadores de decisiones es que falta menos de un año para que inicie el proceso electoral federal, y a nivel local el proceso para renovar los once ayuntamientos, y el severo enfrentamiento entre los integrantes del Teqroo y los del Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo) se ha acentuado; pero además se ha sumado la reprobación pública de los diputados locales, y eso es algo que no debe pasarse por alto, por la simple razón de que el Legislativo es quien les autoriza sus presupuestos y ahí el PRI es minoría; así que, insistimos, en ese pleito no todo está dicho y la permanencia de los magistrados está lejos de estar asegurada.

Por cierto, el dirigente tricolor, Raymundo King de la Rosa y el coordinador de los diputados del Partido Verde Ecologista (PVEM), José de la Peña Ruiz de Chávez, han reprobado el intento de someter a juicio político a los magistrados, cuyo desempeño –insiste el escribiente – bien valía el intento de lograrlo. Han calificado al presidente de la Gran Comisión del Congreso local, Eduardo Martínez Arcila de “ignorante”; faltaba más, tienen que defender a “sus muchachos”; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

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