La prosperidad compartida y la renta vacacional
Pareciera que a veces hace falta hablar más fuerte y más claro. La gobernadora Mara Lezama ha dicho una y mil veces...
Pareciera que a veces hace falta hablar más fuerte y más claro. La gobernadora Mara Lezama ha dicho una y mil veces que la bandera que ondea esta administración es el Acuerdo por el Bienestar y que uno de los pilares de éste es la llamada prosperidad compartida.
Y pese a que Lezama Espinosa machaca una y otra vez sobre estos puntos torales de su administración, hay quienes no lo entienden o no lo quieren entender.
El objetivo de esta administración es lograr que el éxito turístico al fin se refleje en la sociedad y no sólo en el empresariado, en aquellos que han invertido en grandes cadenas hoteleras, en majestuosos inmuebles, y que creen que por ello se deben llevar todo el pastel, haciendo a un lado a la población.
Pero los tiempos han cambiado y la tecnología hoy permite a un sector de la sociedad entrar de lleno a la industria turística a través de plataformas de renta vacacional de condominios, departamentos, casas y estudios.
Esto ha generado prosperidad compartida, aunque sea en un rango muy concreto de la población, es decir, la clase media alta y media, que tienen los recursos para invertir en este tipo de propiedades y obtener dinero con la renta en un mercado turístico creciente.
Sin embargo, debido a que este nicho que genera ya una competencia real –que no desleal- a la hotelería, ya hay quienes pretenden bloquear, meter la zancadilla o bien enterrarle el colmillo para sangrarlo, con el pretexto de crear un registro que, aseguran, terminarán por exprimirlos y reducir su número al máximo.
Tal es el caso de la Secretaría Estatal de Turismo, dependencia que, por cierto, su utilidad es muy reducida y sólo sirve para inflar cifras de ocupación hotelera y de arribo de visitantes, así como para recaudar a través de permisos a servidores de esta actividad, y claro está, para que su titular pose para la foto y aparezca en los medios de comunicación con la mejor de sus sonrisas, pues lo verdaderamente importante, la promoción turística, se da a través de un Consejo creado ex profeso.
Hoy la Sedetur se presenta como defensora de los intereses hoteleros y considera como alarmante el crecimiento de las rentas vacacionales a través de las plataformas, al existir, afirma, cerca de 80 mil en el estado. La dependencia se rasga las vestiduras por el despegue de esta oferta turística, y se tapa los ojos con el crecimiento anárquico de hoteles y con el daño al medio ambiente que éstos han generado a través de los años.
Un sector de la sociedad, como las clases media-alta y media, que han invertido en este tipo de negocios, ven en ello precisamente un nicho de prosperidad compartida y atraen a visitantes que, en muchas ocasiones, no tienen los recursos para costear un hotel en los diferentes destinos turísticos del estado.
Cabe resaltar que a diferencia de los centros de hospedaje, la mayoría de los apartamentos con rentas vacacionales son propiedad de mexicanos que reciben su pago directamente, a diferencia de los hoteles que en su mayoría pertenecen a extranjeros (españoles) y que timbra su caja a través de apps, sin que ese dinero llegue jamás a México.
Las rentas de apartamentos a través de plataformas son uno de los más claros ejemplos de la prosperidad compartida que hoy tanto pregona el gobierno de Mara Lezama.
Ir en contra, es negar la bandera de la gobernadora.
El sol sale para todos.