La transformación: Cancún en jaque… el Tren Maya también

Doscientos cincuenta y cuatro diputados federales de Morena y aliados dieron “una estocada...

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Doscientos cincuenta y cuatro diputados federales de Morena y aliados dieron “una estocada que puede ser letal” para los Centros Integralmente Planeados, como Cancún.

La madrugada del miércoles fue “un día de luto para el sector turístico nacional”, al ser aprobada la iniciativa enviada a San Lázaro para retirar los recursos a Fonatur, procedentes del Derecho de No Residente (DNR), es decir, el impuesto que pagan todos los extranjeros el ingresar al país, a fin de crear una empresa paraestatal militar.

Tales advertencias fueron hechas a tiempo por la diputada perredista, Laura Fernández Piña, quien desde la tribuna intentó concienciar a los legisladores morenistas, sin lograrlo: La aplanadora pasó por encima y avalaron los cambios enviados desde Palacio Nacional, así, sin quitarle ni una coma, al más puro estilo del PRI más arcaico, más rancio.

Y sí, de nueva cuenta Cancún –y la actividad turística- se ve seriamente amenazado por esta decisión tomada por el gobierno de la transformación, el que otra vez demuestra que el turismo “no es su prioridad”, dicho y demostrado por Fernández Piña.

Apenas iniciaba el lopezobradorato cuando al presidente se le ocurrió fulminar de un plumazo el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM). Y ahora, al redirigir los recursos del DNR, este régimen estrangulará a Fonatur, instancia encargada del mantenimiento íntegro de la zona turística de Cancún.

La intención desmedida y poco (o nada) reflexionada, es ahorcar a Fonatur para crear la paraestatal militar facultada para controlar, administrar y construir aeropuertos, ferrocarriles, así como dar servicios aeroportuarios, ferroviarios, turísticos y culturales.

Quizá de botepronto para algunos no suene tan mala esta idea. Pero al presidente se le olvida y no mide que si el gobierno ha demostrado no ser una empresa, que no es buen administrador (prueba de ello está Pemex, CFE y demás paraestatales ya enajenadas, por la falta de vocación empresarial), mucho menos lo es el Ejército.

Es así que los “representantes sociales” aprobaron estos cambios en la Ley Federal de Derechos y de la Ley General de Turismo que establecen que 80 por ciento de los recursos obtenidos por el DNR (unos 19 mil millones de pesos según la oposición), serán ocupados para dar vida a la megaempresa militar.

Mientras que 20 por ciento de los recursos restantes serán canalizados al Instituto Nacional de Migración para realizar mejoras en el servicio que este organismo realiza.

¿Cuál es el riesgo? ¿Cuál la verdadera amenaza?

Primero habría que aclarar que tanto la Sedena como Migración hoy carecen de una digna reputación, y pese a ello, AMLO dirigirá hacia allá miles de millones del DNR. Recordemos que el jerarca del Ejército, Luis Cresencio Sandoval, fue sorprendido gastando montos exorbitantes en sus viajes al extranjero, mientras que el INM hoy es la dependencia que está en el ojo del huracán, debido al incendio en su estación de Ciudad Juárez, lo que cobró la vida de 40 inmigrantes.  Saque usted sus conclusiones.

Otro riesgo sería la desaparición o estrangulamiento de Fonatur. Aunque lo cierto es que si este Fondo desaparece, sería lo de menos –de hecho ojalá desapareciera-. El problema radica en los recursos, en el dinero. Y Laura Fernández lo aclara: “No pretendan municipalizar las funciones de Fonatur, porque el gobierno municipal no cuenta con el dinero para realizar estos trabajos”.

¿Qué pasará entonces? ¿De dónde se obtendrá el dinero para el mantenimiento de la zona hotelera? ¿Dejarán que el destino se marchite, como ha ocurrido con otros centros turísticos?

Paradójicamente, Cancún es la ciudad que más aporta por Derecho de No Residente, vía su aeropuerto, con 5 mil millones de pesos anuales (de acuerdo a la legisladora perredista), entregados a una federación que hoy le da la espalda a este destino turístico. Tomará el dinero y ni las gracias dará a Cancún.

Y aún peor resulta pensar que López Obrador está obsesionado con un trenecito cuya viabilidad jamás ha sido demostrada, pero que se recarga… ¡en el turismo de Cancún!

Sí amable lector, la viabilidad de este proyecto se centra en el turismo de Cancún, en el mismo que hoy el presidente y sus diputados patean… ¡Increíble!

“Oye Chaparrón, ¿sabías que la gente sigue diciendo que tú y yo estamos locos…?”.

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