Twitter, Facebook, Instagram. Las redes sociales han entrado en nuestras vidas haciendo que cada vez seamos más dependientes de ellas. Las redes sociales nos van alejando a un mundo online y nos quitan actividades como dar paseos en bici, leer un libro o tomar un café con otra persona. A cambio, los usuarios preferimos quedarnos en casa tuiteando o posteando.

Sin embargo muy pocos le han dado un uso real e importante a las redes; por ejemplo en el campo de la política se han utilizado para denostar adversarios a través de los famosos memes o al subir fotos comprometedoras sin pensar en el daño que se causa a los seres más cercanos, es ahí cuando muchos estamos de acuerdo en la regulación de las redes sociales.

Ahora se acerca un campo idóneo para quienes saben utilizar las redes sociales, sobre todo para quienes buscan algún cargo de elección popular. Por ejemplo los precandidatos a diferentes cargos de elección ya iniciaron una abierta campaña y propaganda política utilizando como medio de comunicación las redes sociales, con la intención de promoverse y desde ya comenzar a ganar simpatía entre el electorado, principalmente en los jóvenes.

Muchos de los cibernautas están recibiendo notificaciones en sus cuentas de Facebook, Twitter, Instagram, WhatsApp y el correo electrónico con las respectivas invitaciones para darle “me gusta” o “like” a las páginas y también están llegando mensajes subliminales de políticos desde números desconocidos.

Lamentablemente, las redes sociales se han convertido para los políticos en la nueva tierra prometida para hacer campañas y ganar contiendas por su escasa regulación, alta potencialidad para evadir las restricciones a campañas anticipadas, emitir propaganda negra y ocultar gastos, lo que les ha hecho obtener mejores resultados que con las campañas que se realizan en tierra, pues estas son consideradas ya como cosa del pasado.

Lo anterior obliga a que se vuelve una necesidad primaria para el desarrollo de nuestra sociedad, que nuestros políticos eleven la calidad de política que hacen llegar por medio de redes sociales, para que éstas puedan tornarse en un insumo útil para el forjamiento de una sociedad en la que prive el derecho a la información y en la cual la libertad de expresión se oriente como un mecanismo real y efectivo de ideas y opiniones que abone a la construcción de nuestra nación democrática.

Sin embargo, algunos candidatos, en su afán de captar el favor del voto, ‘bombardean’ en las redes sociales,  incluso algunas veces rayando en lo ridículo. En otras, sobresaturando su imagen, ocasionando un efecto nocivo contrario que les hace parecer frívolos e impersonales, lo que los aleja del votante.

No hay duda, las campañas políticas modernas deben ser más científicas y técnicas. Hoy en día los medios dominantes se han adaptado a la gran ola de información que crean los  usuarios de redes sociales para informarse unos con otros.

Es indudable que Facebook, Twitter, Youtube y otras redes sociales de menor impacto son herramientas muy provechosas y necesarias en la actualidad, sin embargo la poca reglamentación de estas y el abuso de las mismas ha degenerado su funcionalidad, la sana política ha fracasado totalmente, la guerra sucia en contra de mandatarios o candidatos ha ganado con clara ventaja, la reputación personal o empresarial se va construyendo con los años, dañarla o perjudicarla se logra en cuestión de minutos en las redes sociales, con palabras que generan la duda, y siembran semilla de la intriga.

Finalmente creo todos tenemos que aprender, sobre todo los políticos, en el sentido de que las redes sociales son instrumentos de trabajo, que son un medio de comunicación, que su poder de transmisión de mensajes es infalible y que los periodistas las utilizan todo el tiempo como herramienta de trabajo por lo cual todo lo que se publique en páginas oficiales es público y constituye una cita directa.