Ley de movilidad ¿y los estacionamientos apá?

Ahora que está tan en boga el tema de la movilidad en Cancún, producto de los problemas del transporte urbano...

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Ahora que está tan en boga el tema de la movilidad en Cancún, producto de los problemas del transporte urbano –público contra privado- las autoridades municipales, estatales y los diputados no pueden pasar por alto el mal de los estacionamientos en esta ciudad, que es tan grave o más que el anterior.

Para el secretario del Ayuntamiento, Jorge Aguilar, el tema de los estacionamientos no es de movilidad, sino de desarrollo urbano, y asegura que éste también se encuentra en la agenda para buscar soluciones, sin precisar posturas ni propuestas.

Sea de un asunto de desarrollo urbano o sea de movilidad, lo cierto es que se ha convertido en un mal al que todas las autoridades le han dado la vuelta, se tapan los ojos sin mostrar el mínimo interés en abordar un problema que va en aumento y que daña la viabilidad de Cancún como ciudad.

Y es que el centro de Cancún se ha convertido en un atolladero por dos circunstancias muy claras: La primera es que no hay suficientes lugares de estacionamiento en la zona hotelera de Cancún, producto de una pésima planeación, por lo que cientos de trabajadores turísticos optan por dejar sus vehículos en el centro para trasladarse en camión hasta su centro laboral, lo que además les permite ahorrarse el combustible.

La segunda consiste en el hecho de que Cancún se ha convertido en el dormitorio de la Riviera Maya, es decir, los trabajadores duermen en esta ciudad y trabajan en los hoteles ubicados, uno tras otro, hasta Tulum.

Estos trabajadores optan por la misma solución que los de la zona hotelera: Estacionan sus autos en el centro de Cancún para subir a los autobuses de la empresa que los lleva hasta el lugar donde laboran.

En ambos casos, dejan su automóvil estacionado durante varias horas.

Anteriormente, los trabajadores encontraban en las plazas comerciales el punto idóneo para “abandonar” su carro durante casi todo el día.

¿Cuál fue la salida más fácil? Cobrar. Las plazas ahora imponen un cobro por hora para inhibir a estos trabajadores y entonces dejar los espacios libres para los clientes potenciales.

Pareciera que hasta ahí, todos contentos. Pero no, no es así, y se está violentando la ley, la normatividad que establece que toda persona que consume en cualquier establecimiento de una plaza, tiene derecho a un lugar de estacionamiento.

Además, todas estas plazas deben ser obligadas a crear una zona gratuita para el cliente, decida si lo estaciona ahí o decide mejor pagar por un estacionamiento que le debe brindar un seguro por daños o robos. Pero la realidad es que ni una ni otra, es decir, las plazas cobran por todos sus lugares y no otorgan seguridad alguna, al contrario, ponen letreros en los que aclara que no se hace responsable.

Y las autoridades se han tapado los ojos durante años, dicen, por razones de corrupción.

Así es. Empresas creadas ex profeso para el cobro de estacionamiento, para instalar sus armatostes y sus plumas para que la gente pague, hacen su agosto, solapadas por autoridades y por los propietarios de las plazas.

Es momento, pues, de buscar soluciones, de terminar con esta ilegalidad, con ese abuso, con ese pésimo servicio e incluir de manera urgente el tema de los estacionamientos dentro de la ley de movilidad, para que ésta no sólo sea destinada a terminar con el conflicto entre taxistas y Uber.

El problema del estacionamiento es tan grave o más como el del transporte urbano, y es, además, fuente de corrupción que debe ser erradicada.

Lo más leído

skeleton





skeleton