Los argentinos y su pasión por el fútbol

El fútbol en mi país se vive como una verdadera pasión. Para el hincha argentino, el fútbol es algo primordial en su vida...

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

El fútbol en mi país se vive como una verdadera pasión. Para el hincha argentino, el fútbol es algo primordial en su vida y lo demuestra semana a semana en todos los estadios.

La Copa Mundial es un torneo que nos paraliza. Esto lo podemos notar dando cuenta la gran cantidad de argentinos que viajó a Brasil para apoyar a su equipo nacional. En Río de Janeiro se espera la llegada de 100 mil, que como a lo largo de la Copa, entonarán ingeniosas canciones  de aliento al conjunto albiceleste.

Después de cada triunfo, el punto central de celebración para quienes viven en la Capital Federal es el Obelisco, uno de los lugares al que toda persona que visita Buenos Aires debe asistir.  Tras el triunfo contra Holanda se concentró una multitud para festejar, además de las calles más importantes de la ciudad.

Así como sucedió en Buenos Aires, en cada provincia del país la gente siguió el partido de la semifinal mundialista en pantallas gigantes y luego de sufrir con cada penal, se dejó salir la euforia en festejos callejeros, en los puntos emblemáticos de cada ciudad, hasta la madrugada.

Una particularidad de cómo viven los hinchas estos encuentros, son las famosas cábalas que salen a la luz en estas instancias. ¿Qué significa esto? La mayoría de los argentinos tiene la costumbre de repetir lo que hizo o la camiseta que usó el día que su equipo ganó.  Suelen mirar el partido siempre en el mismo lugar e incluso verlo parado si así fue cuando su escuadra obtuvo la victoria; y no cambiar a la gente con la que uno ve el partido, entre otros rituales.

En Cancún, como no podía ser de otra manera, por  la población argentina que hay, también se vivió el partido con la máxima intensidad.  Se convocó a los argentinos a través de las redes sociales a ver cada uno de los encuentros juntos.  El partido de la semifinal lo compartieron en  Cinépolis de Plaza las Américas.

Allí mexicanos  y sudamericanos sudaron con cada balón que rozó la portería y vivieron con gran nerviosismo el tiempo extra y los penales.  Al  terminar, con la alegría del pase a la final, la celebración concluyó en la “Glorieta del Ceviche”, en reemplazo del Obelisco de su país natal.

Los argentinos viven estos días con una emoción total. Todo el país está vestido celeste y blanco: Camisetas en las calles, banderas en los balcones, perros vestidos con los colores de Argentina, y como no puede ser de otra manera, el único tema del que se habla en las escuelas, en los trabajos, en los hogares, es el fútbol.

Los hinchas aguardan la respuesta en el campo de juego de un verdadero equipo, que se consolidó a lo largo de los partidos. Un conjunto que se destaca por la garra y por el juego.  Que tiene en Javier Mascherano, un jugador que motiva, que contagia a todos sus compañeros y deja la vida en la cancha como pocos. También cuenta con estrellas de primer nivel como Sergio Agüero, Gonzalo Higuaín y Ángel Di María, y ni más ni menos que al mejor jugador del mundo: Lionel Messi, un extraordinario futbolista, que ya anotó cuatro goles a lo largo del Mundial y que buscará tener su tarde soñada el domingo en el Maracaná, partido que, de ganarlo, lo introducirá en la historia de su país, tal como ocurrió en su momento con Diego Armando Maradona.

Pasaron 24 años, Argentina vuelve a jugar una final. Ya no cuenta con Maradona,  con Óscar Ruggeri en la defensa, ni con Claudio Caniggia en el ataque, pero tiene un equipo con hambre que buscará quedar en la historia y lograr regalarle una alegría a todo su pueblo.  Sin dudas, si logran el gran objetivo, lo festejaremos a la altura de lo que significa el fútbol para todos nosotros: Lo más importante en nuestras vidas.

Lo más leído

skeleton





skeleton