Los que nos abandonaron en 2016

El año recién concluido fue, desafortunadamente, abundante en defunciones de cancunenses conocidos.

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2016 fue un año triste para los familiares de diversos y disímbolos personajes que se distinguieron por su participación en el ámbito político, académico o periodístico de esta incipiente ciudad y su contribución, en algunos casos, a la formación de una identidad propia, es un tema pendiente de valorar. De cualquier manera la aportación individual de cada uno de ellos les dio un espacio dentro de este gran aluvión humano llamado Cancún.

El año recién concluido fue, desafortunadamente, abundante en defunciones de cancunenses conocidos unos y reconocidos otros en sus respectivos ámbitos profesionales, en las lides políticas o simplemente por sus afanes de contribuir a una mejor imagen de la ciudad. Algunos de ellos carismáticos y con gran raigambre en nuestra sociedad, tal es el caso del activista social Maximiliano Vega Tato, de los mentores Iván Santos Escobar y Raúl Lizarraga Hernández, o del periodista Herbert Carrillo Ruiz. Otros quizá polémicos, como fue el caso de Latifa Musa Simón, alcaldesa interina en 2011, o Febe Marín Trujillo, regidora perredista y aliada incondicional de Jaime Hernández Zaragoza; o Julio Rodríguez Herrera, líder del primer Cabildo Verde ecologista en Cancún (2002-2004) y posteriormente integrante de la XI Legislatura del Estado de Quintana Roo, quien falleció víctima de dengue hemorrágico en la ciudad de Chetumal el 21 de septiembre.

En una extraña paradoja de la vida, Latifa Musa y Febe Marín se convirtieron durante su paso por el Cabildo de Benito Juárez (2008-2011) en acérrimas rivales, a pesar de provenir del mismo partido (PRD). Tras la detención del alcalde Gregorio Sánchez Martínez, Musa Simón quedó provisionalmente al frente de la administración pública, como alcaldesa interina e hizo hasta lo imposible por obstaculizar e intentar impedir que el suplente del alcalde, Jaime Hernández Zaragoza, asumiera la presidencia. Febe Marín se distinguió por ser férrea opositora a la intentona de Latifa y se ubicó como la principal incondicional de Zaragoza en un Cabildo contrario a éste. Febe Marín murió el 7 de junio, solo cinco meses después del deceso de su contrincante. 

El 17 de febrero en la madrugada murió por una afección respiratoria el activista social Maximiliano Vega Tato, Economista egresado de la UNAM, quien incursionó en las lides políticas en el año 2000 y fue aspirante en varias ocasiones a la presidencia municipal de Benito Juárez. Se encargó de colocar miles de placas que definían la nomenclatura de la ciudad, todo con muy pocos recursos económicos. Cada placa colocada, desde luego, llevaba su nombre impreso, lo que motivó hace década y media la frase de que “en Cancún todas las calles se llaman Max Vega Tato”.

El 6 de marzo falleció el apreciado abogado quintanarroense Pedro Jaime Courtenay Torres de una afección cardiaca en la clínica del ISSTE de esta ciudad. Su salud se encontraba muy deteriorada desde un año atrás, cuando murió uno de sus hijos, duro golpe que nunca pudo superar. Courtenay era parte de la historia viva de Quintana Roo y con él se fueron muchos recuerdos y vivencias de una etapa que no volverá. Fue Procurador de Justicia y, en 1994, magistrado del Primer Tribunal Unitario del Poder Judicial con residencia en Cancún. Chetumaleño de nacimiento fue gran amigo de Jesús Martínez Ross y de Mario Villanueva. Hasta poco antes de su fallecimiento se le veía promoviendo sus asuntos en los juzgados de Cancún, siempre activo, optimista y de buen carácter, sin resentimientos políticos ni personales. 

El 22 de mayo falleció víctima del cáncer en la ciudad de Mérida don Herbert Carrillo Ruiz. Periodista de profesión, colaborador de los diarios Novedades de Quintana Roo y Diario de Yucatán y luego locutor de la estación chetumaleña XEROO. Llegó a Chetumal cuando contaba con tan sólo 17 años y vino a Cancún en 1978, donde desempeñó diversos cargos públicos, entre ellos el de recaudador de rentas en la zona norte. Fue también integrante de la IX Legislatura (1999-2002). Dejó su militancia priísta tras un altercado que tuvo con el entonces gobernador Mario Villanueva Madrid, motivándolo casi de inmediato a abrazar la causa perredista y a apoyar la candidatura del empresario radiofónico Gastón Alegre López en 1998. A don Herbert se le recordará por su caballerosidad y nobleza, antes que por cualquier otro motivo.

En 1978 llegaron a Cancún dos profesores de muy gratos recuerdos; ambos coincidieron laboralmente en la primera escuela secundaria de esta ciudad, la número once, llamada hasta ese año Escuela Tecnológica Industrial 257. Iván Santos Escobar, egresado de la Escuela Normal San Diego (Tecax) y Raúl Lizarraga Hernández, el primero como director de la escuela y el otro como subdirector. Uno era serio, ceremonioso hasta cierto punto, pero amable y de buen trato con los demás profesores y padres de familia. El “Profe Raúl” era un tanto distinto, bromista, afecto a dar consejos y tender el puente de la comunicación con los alumnos, siempre respetuoso. Los dos fueron dignos docentes de una escuela que por esos años era un dinámico mosaico cultural en la que coincidían jóvenes de todas partes de la República. Curiosamente fallecieron el mismo año, ambos en la ciudad de Mérida, Yucatán: Iván Santos Escobar el 3 de abril y Raúl Lizarraga el 3 de julio. 

El profesor Iván Santos fue diputado durante la VIII Legislatura y aspirante a la presidencia municipal de Isla Mujeres, lugar en el que había nacido pero del que se desarraigó durante sus años de juventud. Lizarraga, por su parte, fue Director de Gobierno en Cancún durante la administración de Rafael Lara Lara. Desde principios del año 2000 vivía en Playa del Carmen, donde desempeñó diversos cargos en el ámbito municipal.

No quise concluir esta colaboración sin mencionar a Juan Bello Sagrero, quien falleció el 3 de marzo. Fue, en su época estudiantil, un joven con liderazgo y de inquietudes políticas reconocidas. Fue dirigente municipal del Frente Juvenil Revolucionario del PRI a principios de los años 80 del siglo pasado. En 1984 encabezó una protesta estudiantil en el CBTIS 111 y tras el fracaso de su movimiento fue expulsado del plantel, lo que motivó que la Federación Estudiantil de Quintana Roo solicitara la intervención del gobernador Pedro Joaquín Coldwell para que aquel fuera admitido en el Colegio de Bachilleres de Cancún, dándole la oportunidad de concluir sus estudios de nivel medio superior, petición que fue apoyada por el mandatario, siempre atento a los reclamos de la juventud. 

Todos se fueron de pronto, nos abandonaron sin avisar, como si la vida fuera un eterno trotar sin descanso. Todas las partidas fueron sorpresivas, lamentables. De algunas nos enteramos semanas o meses después, pero en ningún caso pudimos dejar de condolernos, porque cada uno de ellos, de los que se nos adelantaron en el camino, dejaron un espacio vacío; pero también un fragmento de historia personal que pegada en el gran rompecabezas humano de esta ciudad, conforman el primer trazo de una identidad que se escribe día con día. 

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