La inevitable retirada del tratado de no proliferación nuclear de EEUU

Hay favoritos de la prensa y grandes villanos, y están los grandes villanos que son favoritos de la prensa...

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Hay favoritos de la prensa y grandes villanos, y están los grandes villanos que son favoritos de la prensa, que son los suertudos de toda la vida. Nadie con el glamour de Castro con un gran puro y una sonrisa de lado a lado o la imagen nostálgica del Che Guevara mirando a un futuro que se antoja luminoso. Nada menos fotogénico de Nixon o Reagan, mucho menos Eisenhower. No se ve tan atractivo ni interesante el Che Guevara enviando al paredón a miles de cubanos o a Castro perpetuando en el poder a sus descendientes.

Tampoco es tan interesante que Putin haya puesto el empeño de su destartalada economía en hacer un misil hipersónico que pone en jaque a todos los sistemas antimisiles de los que se dispone hoy en día. Sin embargo, la comidilla de los titulares de todos los medios de comunicación es que Estados Unidos se retira del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares. Mucho peor que una mentira es una verdad a medias y la mitad que falta es que parte del tratado de no proliferación de armas nucleares es la limitación del desarrollo de nuevas tecnologías para el lanzamiento o el aumento del poder destructivo de estas armas; lo cual Rusia lleva cotidianamente violando desde hace varios años y le puso la cereza final con su flamante misil hipersónico.

La OTAN no ha tenido ningún avance en proliferación de armas nucleares y Rusia sí lo ha hecho con su nuevo y cacareado misil que pone en peligro el poder persuasivo de los arsenales nucleares. La única manera de evitar una carrera armamentista es igualdad de condiciones y no tomar acciones que pongan en riesgo el equilibrio de fuerzas para asegurar la confianza mutua. Cuando una de las partes lo viola, pues el tratado se vuelve un riesgo obvio para la otra pues queda en desventaja.

La verdadera noticia debería ser: “Estados Unidos se retira del Tratado por las repetidas violaciones al mismo por parte de Rusia y por la creciente proliferación de misiles colocados por China (¿Ah verdad, no sabían?) en Asia, lo cual deja a Occidente indefenso ante la creciente amenaza rusa que ha incluido el proyecto de la creación de bases en Venezuela y puntos de reabastecimiento de bombarderos atómicos en Cuba”.

En fin, ellos rompen la mayoría de los cuchillos y los que les quedan no les sacan filo y los rusos se aparecen con un sable recién templado. Hay que entender que el mismo tipo de líder que llevó al mundo a la II Guerra Mundial sigue sentado en el poder en Rusia y China, sus gobiernos sólo han evolucionado al admitir la propiedad privada y el Capital, pero el despotismo y el pillaje imperialista están intactos.

Las barbaries de Mao Tse Tung o de Stalin viven en sus versiones digitalizadas de Xi Jimping y Vladimir Putin. La ausencia de prensa libre en sus países les permite campear a sus anchas y hacer cuanto se les ocurra sin réplica alguna. Las naciones occidentales, en cambio, se han visto obligadas a evolucionar por la denuncia de sus ciudadanos. Eso no quita que nuestra prensa tenga villanos favoritos.

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