El eje del mal
A raíz de la actual crisis entre Estados Unidos e Irán, se manifiestan una serie de opiniones en redes...
A raíz de la actual crisis entre Estados Unidos e Irán, se manifiestan una serie de opiniones en redes sociales, comentarios noticiosos y tendencias en general a simplificar el problema a una acción belicosa irracional del disruptivo Donald Trump.
Y es un hecho innegable la poca tolerancia de este señor y la poca habilidad para tratar temas internacionales. Sin embargo, el efecto populista de Trump sobre sus adeptos causa una reacción similar, pero en sentido contrario en sus detractores.
La táctica de los populistas es desviar la atención mediante maniobras mediáticas, frases subidas de tono y agresiones sin tapujos para desdibujar el contexto real de una situación y convertir el planteamiento de la misma en el objetivo real de la atención pública.
Con el tema de Irán, los comentarios sobre la irresponsabilidad de Trump de lanzarle un misil al general Qasem Soleimani se han vuelto el tema central. Resulta intrigante la dinámica que usan los medios para inclinar la balanza de una discusión a un lado que obvia completamente el resto de la historia.
La gran mayoría de los interesados en el tema jamás hacen un comentario sobre la prolífica carrera criminal de Soleimani, uno de los elementos más peligrosos del Medio Oriente y parte de cúpula militar que mantiene el poder en Irán en detrimento de las libertades individuales de sus ciudadanos.
Se llenan los espacios noticiosos de menciones a la belicosidad de Trump al eliminar a uno de los hombres más malvados y asesinos que ha dado esa envilecida nación mientras los ataques a petroleros en el Golfo de Ormuz, la desestabilización mediante Hezbollah, el apoyo a las milicias hutíes y los ataques a sedes diplomáticas estadounidenses pasan con una noticia de uno o dos días para inmediatamente especular sobre la posible respuesta “irresponsable” de Estados Unidos.
Soleimani no atacaba a fuerzas regulares estadounidenses, como siempre sucede con este tipo de personajes, jamás se enfrentan directamente con soldados. Su táctica siempre fue la de la influencia en terceros o el terrorismo. Su eliminación no quita valor a la humanidad, sino que la hizo más segura, eso es un hecho que es infantil negar.
Y entonces viene la retahíla de comentarios sobre la irresponsabilidad de Estados Unidos de eliminar a un asesino despiadado porque puede motivar respuestas terribles de Irán.
Hay que escucharse, es exactamente lo mismo que llegó diciendo, en 1939, Neville Chamberlain al arribar a Londres proveniente de Alemania. Lo que hay que hacer es no provocar a Hitler porque él “sí está loco”. Hay que vernos, los irresponsables somos los occidentales por provocar a regímenes descarados y asesinos. Ahora resulta ser que Trump fue irresponsable de retirarse del tratado que cerró Obama con Irán por la simplísima razón de que Irán no lo estaba cumpliendo.
En fin, se queda Estados Unidos como el único cumplidor de un pacto y cuando no queda más remedio que retirarse se le acusa de irresponsable. No olvidemos que el objetivo del tratado era evitar que un país, que tiene amenazadas a varias de sus naciones vecinas literalmente con la exterminación, logre desarrollar nada menos que armas nucleares.
Pero nada de eso es importante, no hay programas interminables en las agencias noticiosas sobre la fatal influencia iraní incluso en América Latina donde ya hay demostrado vínculos entre grupos de narcoguerrillas y Hezbollah, todo bajo la dirección del (a Dios gracias) difunto Soleimani.
La influencia perniciosa y malvada del régimen fanático de los Ayatollahs de Irán debe ser acotada por todos los medios posibles y la eliminación del segundo a cargo sería la equivalencia de haber eliminado a Heinrich Himler al inicio de la II Guerra Mundial. Igual celo se le puso al retiro de Estados Unidos del tratado de No proliferación de armas nucleares pues eran los únicos “tontos” que lo estaban cumpliendo.
Mientras Estados Unidos mantenía detenido su programa de armas; Rusia las volvió hipersónicas. Creo que, además de denostar la poca diplomacia del payaso favorito de las redes: Donald Trump se debe vigilar con el mismo celo el actuar del verdadero eje del mal que pasa por Corea del Norte, Rusia, China e Irán, estamos más preocupados por el peinado de Trump que por los misiles rusos o el terror iraní.