Por primera vez en la historia, Quintana Roo brilla a nivel nacional y lo es por medio de su gobernadora Mara Lezama que, en cada mañanera a la que acude, capta los reflectores con sus propuestas y acciones de gobierno.

El lunes pasado no fue la excepción, Mara llegó portando un vestido artesanal elaborado en X-Pichil, Felipe Carrillo Puerto, con lo cual no solo llamó la atención de los presentes, sino también promocionó las prendas de las mujeres que las elaboran.

Y los anuncios de la gobernadora no decepcionaron, mostró la apuesta por el Tren Maya, el cual ha generado miles de empleos de norte a sur en Quintana Roo, con beneficios directos a los habitantes de los distintos poblados de la geografía estatal.

Ahí la gobernadora anunció las carreras para el sector ferroviario en Quintana Roo, ya que a partir  de agosto del presente año, más de 200 jóvenes podrán prepararse en materia ferroviaria gracias a un trabajo colaborativo con el Tecnológico Nacional de México, el Tecnológico de Cancún y el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep).

Con sus acciones y logros, la gobernadora demuestra que cuando se quiere se puede, que el sur de la entidad sí puede salir de esa brecha de desigualdad en la que ha sido sometida por los gobiernos anteriores y que en su gobierno, como nunca se ha visto, las mujeres se empoderan y ocupan cargos jamás imaginados.

Por ejemplo en Quintana Roo hay una mujer al frente de la Secretaría de Gobierno, Cristina Torres; Irazú Sarabia May, en la Secretaría de Obras Públicas; Reyna Arceo Rosado, en la Contraloría; Linda Cobos Castro, en Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca;  Huguette Hernández, en la Secretaría de Medio Ambiente; Lilián Villanueva Chan, en el Instituto de la Cultura y las Artes; Mary Hadad, en El Instituto Quintanarroense de la Mujer; y Alma García, en el Sistema Quintanarroense de Comunicación Social, por mencionar algunas.

Mara Lezama hace historia en Quintana Roo y marca un precedente respecto porque las mujeres de la entidad se han dado cuenta que pueden y merecen ocupar espacios que, en gobiernos anteriores, solo eran para los hombres. Hasta la próxima.