Desde el mismo jueves 22, cuando el destacado escritor chetumaleño Héctor Aguilar Camín recibió el Doctor “Honoris Causa” de la Universidad de Quintana Roo, empezaron a distribuirse extractos de su discurso, elocuente y profundo, como ameritaba al referirse a su tierra.

El clímax lo alcanzó al detallar las tres “calamidades” que nos aquejan, como les llamó: los ciclones, el aislamiento y los gobernantes abusivos. “Hemos reducido drásticamente el impacto; hemos reducido el aislamiento nacional e internacional, pero en muchos sentidos seguimos a merced de nuestros gobernantes”, analizó con perspectiva histórica.

Las podíamos sospechar. Pero tenía que ser el intelectual oriundo, en el contexto actual de cambios y de castigos, quien expusiera con más claridad estas ideas. Podría haber mencionado otras, como el golpe del narcotráfico debido precisamente a su condición geográfica especial, aunque prefirió aquellas.

En tales circunstancias cabe preguntarse cómo prevenir o mitigar mejor estas adversidades que, según el periodista, de superarse “nos pone más cerca de volverse (el estado) un verdadero bastión de prosperidad, de equidad y de democracia”.

En torno a los huracanes, se ha avanzado notoriamente, aun cuando nunca estará de más seguir fortaleciendo la cultura preventiva en una población multicultural, cuyas costumbres son heterogéneas, y siempre expuesta a dichos fenómenos.

Hoy se conoce la experiencia de “Janet” (1955), “Gilberto” (1988) o “Wilma” (2005), pero no sabemos qué vendrá. Esos huracanes pusieron a prueba la capacidad para levantarse y reinventarse en condiciones extremas; por lo mismo, es atinado apostar por presupuestos exclusivos, alertas tempranas, estrategias integrales o mejores hábitos.

Respecto al aislamiento, Quintana Roo no debe renunciar a la idea de insertarse con insistencia en el ámbito internacional. En un mundo globalizado la promoción de la imagen no solo se circunscribe al tema turístico: pueden aprovecharse las justas deportivas, las relaciones multilaterales con vecinos y paravecinos, o los acuerdos comerciales en rubros productivos todavía incipientes.

Él lo expuso así: “Hace falta persistir, hace falta inversión, hace falta rendición de cuentas, hace falta un buen manejo de los recursos públicos. El rumbo del estado está bien trazado”.

Acerca de la última “calamidad”, el diagnóstico es favorable cuando se comparan estas administraciones con las anteriores. A la par se fomenta el diálogo con la sociedad civil, empresarios, iglesias, sindicatos y centros de educación, lo cual debe complementarse con denuncia y más participación.

La distinción fue aprobada unánimemente por el Consejo Universitario, a petición del rector Ángel Rivero Palomo, quien, junto con el presidente de la Junta Directiva, formuló la invitación, que Aguilar Camín aceptó. Con su asistencia y el perfil de la alocución, el hijo ilustre da el espaldarazo al gobierno de Carlos Joaquín y a la gestión de Rivero Palomo.