El debate en torno a la seguridad se impone en la agenda porque se aborda como desafío pendiente y, en algunos casos, se critica como debilidad institucional. Es una magnífica temática para los círculos de opinión porque tema siempre hay.

Durante las últimas horas ciertas cifras se han prestado para la discusión; por ejemplo, que los delitos de alto impacto (particularmente los homicidios dolosos) disminuyeron un promedio de 30% en los últimos meses del 2018 en Quintana Roo.

En Benito Juárez -el más poblado- todavía es necesario avanzar en la disminución de los índices, aunque se ha progresado considerablemente desde que se implementó el Mando Único.

En Solidaridad -el segundo con más habitantes- no han reportado disminución. Algunos achacan el aparente repunte a que la estrategia local no se ha alineado a la del estado, aunque sí a la Federación, aún incipiente.

Vamos a los números: el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública y la organización Semáforo Delictivo actualizaron sus estadísticas de incidencia hasta noviembre, durante el cual se reportaron 44 homicidios dolosos en Benito Juárez y 13 en Solidaridad.

Para Benito Juárez, esos dígitos, no obstante elevados, refleja la disminución de casi 30% que se ha reportado en este delito desde octubre, cuando se registraron 36, en comparación con los 61 de septiembre, 63 de agosto y 67 de julio.

La situación en Solidaridad es diferente, pues el número de homicidios dolosos -entre otros delitos de alto impacto- no ha mostrado mejoría. Durante noviembre se reportaron 13 violentos y 14 en octubre, tres más que los registrados en septiembre; 75% más que los perpetrados en enero, febrero y marzo de este mismo año, y 30% más que en abril, mayo y junio. Así de preocupante.

En el ámbito estatal también ha sido significativa la reducción, aunque la cifra sigue siendo inquietante. De acuerdo con los datos del mismo Sistema Nacional, en noviembre hubo 63 homicidios; 61 en octubre; 82 en septiembre; 87 en agosto, y 95 en julio. Pese a ello, se nota el trabajo preventivo.

Hay, por otro lado, una alerta nacional: según el Ejecutómetro de Grupo Reforma, en el primer mes del gobierno de Andrés Manuel López Obrador hubo un “rebrote” de 65% en relación con noviembre, último mes de la administración de Peña Nieto.

Aquí, obviamente no se puede cantar victoria, relajar la disciplina ni culpar con ligereza. La seguridad pública es una labor que compete a todos, incluida la ciudadanía, pero son los servidores públicos quienes deben asumir su responsabilidad legal. Cuidado, pues, en Solidaridad. Cuidado igual en Othón P. Blanco.