Siempre hay un tweet

Las redes sociales nos muestran casi tal cual somos, y ese “casi” existe porque procuramos guardarnos...

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Las redes sociales nos muestran casi tal cual somos, y ese “casi” existe porque procuramos guardarnos algo para el mundo real, o en su defecto, ocultamos lo que seguro contravendría a la moral digital en boga.

Sin embargo, los errores ocurren y las revelaciones de nuestra mente más oscura se transforman en tweets agudos, certeros y llenos de intenciones de dar lata al próximo, y de hecho esto es de lo más normal: son nuestras redes sociales y la única regla que existe es la de cuidarse a sí mismo, no hay motivo para guardarnos los comentarios, a menos que eso nos perjudique (de nuevo) ante la consciencia colectiva del momento.

A veces a los políticos se les olvida que las redes sociales no son su departamento de comunicación social. Creen, torpemente, que Twitter, Facebook o Instagram los respaldarán cuando algo no les salga como quieren… tal cual sucede hoy en día con el consabido “siempre hay un tweet/publicación/foto” que los pone en evidencia, especialmente cuando estos personajes no estaban en la cumbre que hoy los acoge.

La magia del “siempre hay tweet” es sencilla: perdido en el tiempo está una publicación en redes sociales sobre cualquier problema actual, en la que nuestro político favorito se expresó duramente contra la autoridad de aquél entonces. Crítico, duro, certero, ansioso por un retweet que lo ponga en boga, nuestro político se esfuerza y logra que su mensaje resuene y llegue hasta las nubes: logró dar el golpe maestro… pero al pobre se le escapó el detalle que las redes sociales son un búmeran, pues lo que te encumbra hoy, mañana te tumba.

Sorprendido por sus propias palabras, nuestro político buscará de todas formas deslindarse de sus propios dichos. Culpará, tergiversará y buscará la reinterpretación de sus palabras, pero nada podrá lograr: lo dicho, dicho está para que nosotros, los ciudadanos digitales, nos demos cuenta de sus falsedades… al menos en el mundo ideal.

Esta situación nos trae a la mente un curioso hecho actual: el presidente de El Salvador, @nayibbukele, autoproclamado “el más cool” del mundo porque “gobierna” a través de tweets en lo que ordena a sus secretarios las más variopintas instrucciones que los mismo responde en el tono socarrón y falso de una camaradería digital.

¿Cuánto tiempo le tomará al presidente Bukele darse cuenta que no se vive en una burbuja digital? La realidad, le guste o no, no se maneja a través de la “buena onda” de redes sociales. @realDonaldTrump hace lo mismo: gobernar desde Twitter y no ha hecho más que confundir a medio mundo porque, a fin de cuentas es su cuenta personal, igual de @nayibbukele, y puede decir lo que quiera, hasta sandeces, sin que nadie pueda decirle nada… hasta que la realidad le pida cuentas.

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