12 Diciembre y el coloso cimbro

Eran las 11 de la noche del día 11 de diciembre, cuando abandonaba a través de umbral vacío la T-1 Mérida

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Eran las 11 de la noche del día 11 de diciembre, cuando abandonaba a través de umbral vacío la T-1 Mérida, que en los últimos días ha tenido un toque festivo, ante la visita de evaluadores calificados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Inicié mi recorrido por las calles semivacías en la colonia Industrial y, conforme avanzaba, escuché el toque de guitarras y voces por doquier, entonando las Mañanitas a la Morena del Tepeyac. Los que somos católicos festejamos cada 12 de diciembre a la Virgen María.

Cada nota percibida estimulaba mis sentidos y cual efecto dominó me erizaba la piel y aceleraba mi corazón. Pero allende esta parte religiosa, nadie puede cuestionar que la Virgen María representa la maternidad.

Sin darme cuenta, me puse a recordar lo caminado dentro de nuestro nosocomio, cuando hablamos de la Iniciativa OMS/Unicef/OPS, Hospital Amigo del Niño y Niña, detonada a nivel mundial en 1991 en Italia, y cuyo compromiso y primeros pasos en este terreno, dentro del coloso en El Fénix, data de 2015, cuando un grupo de pediatras se dio a la tarea de ir reconstruyendo parte de la cultura que se extinguía; me refiero a lactancia materna.

El abandono y consecuencias derivadas a corto, mediano y largo plazos no se dejaron esperar, cuando las conocidas enfermedades infecciosas, respiratorias, neoplásicas y crónico-degenerativas mostraron efecto multiplicador con el devenir de los años.

La mercadotecnia engañosa convirtió en codiciada presa al colectivo y con falacias, que anteponían la estética y lo sintético, logró mañosamente ir desvaneciendo lo que la naturaleza creó como la fuente más rica de nutrimentos, elementos protectores, suficiente e higiénica, para alimentar a un recién nacido; ¡claro!, hablo de la leche materna.

En el mismo orden de ideas y para reforzar lo dictado, utilizaré parte de la canción del inmortal maestro Agustín Lara: “Vende caro tu amor, aventurera”. Al día de hoy -desde el punto de vista de la salud-, nos ha salido muy caro apostar a los productos industrializados dentro de nuestra alimentación, que solo abonan el terreno de la enfermedad. Para nadie es secreto el crecimiento en cánceres, hipertensión arterial, infartos y osteoporosis, nomás por citar.

Por todo ello y más, el coloso de El Fénix, HGR No- 1 del IMSS, se dio a la tarea de promover una nueva cultura de salud a través de inyectarle vida a sus cimientos con la lactancia materna, y para ello, ayer cimbró la tierra del otrora aeropuerto, al obtener la nominación de Hospital Amigo del Niño y de la Niña de la OMS/Uincef/OPS, por primera vez en sus 62 años. Sin duda el camino es largo y el compromiso mayúsculo. Enhorabuena y a trabajar por el capital más valioso de nuestro Yucatán, sus niños con salud. Enhorabuena.

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