El triunfo de los fanáticos

Taibo II lo logró. Y no hablamos de acomodar las leyes a su medida

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Taibo II lo logró. Y no hablamos de acomodar las leyes a su medida, tampoco con que esté a un paso de quedar al mando del Fondo de Cultura Económica (FCC), sino algo más sencillo y al mismo tiempo triste: desnudar la doble moral de las redes sociales.

 

El personaje en cuestión tiene muchas aristas. Por un lado se le reconoce la palpable labor por difundir la lectura, por otro, su discurso nos recuerda el revanchismo del que adolece la así llamada “cuarta transformación”.

 

El hecho que Movimiento Regeneración Nacional esté a un paso de cambiar la ley para que un nacionalizado queda al mando del fondo… pues la verdad no es malo, porque si bien allana el camino a Taibo, también rompe con la idea de que hay mexicanos “de primera línea”. No, por más que se le llame #LeyTaibo, en el fondo es algo correcto. Por su puesto, el problema puede ser la forma arrogante en que se ha tomado el caso, especialmente en el mundo digital, donde nada es bueno o malo, sino todo lo contrario.

 

La gota que derramó el vaso fue la expresión soez con que Taibo II respondió a una pregunta relativa a ley bautizada con su nombre. Tal insulto ha movido a las redes sociales en ataque y defensa del escritor, pues por un lado se le denuncia y señala su arrogancia, burla y oportunismo, y por el otro, se le ensalza su habla popular y campechana actitud, acorde con el “canon” de la “cuarta transformación”.

 

Sin embargo, esta división demuestra hasta qué punto los ciudadanos digitales estamos dispuestos a ceder con tal de defender nuestro puntos de vista, muchas veces carentes de imparcialidad., y por ende, totalmente desechables. Desde que Taibo II sonó para el FCE, las críticas y loas no han cesado, pero al analizar, descubrimos que quien crítica tal o cual actitud del escritor, desconoce su labor o aplaude los mismos yerros en otros personajes; y quienes lo apoyan, en dos o tres tweets anteriores destrozaron a funcionarios de la actual administración por la misma razón.

 

Vamos: en su tiempo se criticó a mares la obscena “Roque señal”, pero se disculpa que Taibo insulte a quienes no comparten su visión y se aplauden expresiones que, de haber sido dichas por funcionarios de la administración saliente, serían tachadas como lo que son: insultos que caen en el (peor aún) mundo de lo políticamente incorrecto.

 

Lo más triste del caso es que así como con Taibo II, todo el sexenio que viene se augura complicado para el mundo digital. El encono que genera la defensa y crítica a ultranza del próximo gobierno, no dejará lugar al diálogo de ideas e intercambio de experiencias, necesarios para mesurar tanto ruido y encono que provocan los políticos.

 

Al final tendremos todos que aplicar tres máximas de las redes sociales: “no alimentar al troll”; “si sientes que tu cuenta de Twitter o Facebook es tóxica, limpia del timeline”; y por último, “no ser más papistas que el Papa”; todo para mantenernos vivos en el mar borrascoso que se nos viene encima a partir del 1 de diciembre.

 

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