Pensamiento othonpeblanquense

Desvalorizar las promesas de campaña es la persecución contra el beneficio individual.

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Desvalorizar las promesas de campaña es la persecución contra el beneficio individual con la preeminencia social que se mide por la capacidad de acumular propuestas reales. Habría que comenzar trazando rumbo hacia la prosperidad y progreso en las regiones quintanarroenses.

Volver del legado histórico del 2016, previo al proceso 2018, cuando todavía la corrupción era una constante. Volver al momento cuando en Quintana Roo se creyó en la posibilidad de algo diferente, fue imperativo reinstalar un horizonte de expectativas con el principio de esperanza.

Tarea nada sencilla cuando la política, en su estricto sentido, se le restringe con la desmoralización de la sociedad, dentro de los márgenes, debe mantenerse sistemáticamente al ritmo de crecimiento, imprescindible, para no apartarse del desarrollo. Ahora, cuando menos en política, casi toda, se ha vuelto un desencanto con ficción y apariencias.

Las tres principales fuerzas políticas en el Estado de Quintana Roo, con titánico movimiento de concordatos partidistas, con la labor de operadores electorales para lograr el triunfo después del 1 de julio, con el conteo PREP del juez electoral, mientras se sincronizan las ideologías del Blanquiazul con Sol Azteca y Movimiento Ciudadano, el Tricolor en coalición con Verde y Panal y, Morena, con compromisos conjuntos con el PT y un PES solito. Todos en los acuerdos para responder oportunamente a los retos coyunturales de los municipios del Estado.

Vaya reto para los candidatos a presidir el municipio capitalino, Fernando Zelaya Espinosa con la alianza, “Por Quintana Roo al Frente”; Mary Hadad Castillo con la coalición, “Todos por Quintana Roo”; Hernán Pastrana Pastrana con el concordato, “Juntos Haremos Historia, Manuel Valencia Cardín, con un PES solitario y, el Candidato Independiente, Julio “Taquito” Velázquez, también solito.

La recuperación económica del municipio Othón P. Blanco solo puede hacerse con Democracia, y esta prescindirá de la participación de todos los othonpeblanquenses en la construcción de un futuro promisorio, lo cual no podrá alcanzarse aferrándose a privilegios indebidos sino sometiéndose al voto popular. Vox Dei.

Aun echando las campañas al vuelo no son una vía confiable para enrumbar el bailío capitalino quintanarroense hacia un futuro mejor el desarrollo de OPB estará siendo exigido el 1 de julio por la mayoría de los ciudadanos othonpeblanquenses, reconsiderando la democracia. Es preciso focalizar el a uno de los 5 candidatos con el cual podría canalizarse la solución a la grave crisis económica del municipio capitalino.

La esperanza se construye y alimenta con dedicación y esfuerzo. Solo asumiendo ese compromiso histórico de profundizar dedicación y esfuerzo para lograr hacer emerger al histórico municipio Othón P. Blanco. Aquel tiempo maravilloso de valientes payoobispenses que lo daban todo, incluyendo la vida, por tener un territorio libre e independiente.

El 1 de julio se tienen que hacer propios aquellos conceptos de reafirmación de pertenencia que cimente lo que dicta el loor quintanarroense, “selva, mar, historia y juventud”, con fuentes de prosperidad. Que se siembre desarrollo y progreso como valor máximo, que se fortalezca de los orígenes mayas con esa fuerza que alimenta la esperanza cada día.

El malestar de los othonpompeyenses tiene un matiz mucho más profundo y es la reducción de una vida afectiva de progreso y bienestar. Es urgente buscar un camino que haga posible un equilibrio de desarrollo económico con sentimiento de esperanza. Lo único logrado luego de cuatro décadas es un ostracismo entre poder y querer con el anhelo del pueblo que vive tenso por su trama social.

Continuar con razonados bríos de adaptación no significa entregarse a un futuro incierto, no planificado ni buscado. Bajo esa premura, cada ciudadano othonense sigue perseverando su capacidad para dilucidar su futuro para un mejor vivir. –El 1 de julio imperará la democracia-.

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