En una más de las injusticias o desigualdades que viven quienes han cumplido su ciclo laboral (retirados, jubilados, pensionado) la Secretaría de Hacienda se niega a cubrir la  Previsión Social Múltiple (PSM) en igual cuantía a como la cubre al personal activo. En las fuerzas armadas, a los primeros les pagan $95.58 desde hace 17 años, y los segundos han tenido aumentos en varios años hasta llegar a $515 este 2017. 

Trabajadores del Issste iniciaron esta –parodiando a José Emilio Pacheco– batalla en el desierto, porque ya la Suprema Corte se pronunció en contra de homologación, argumentando que los aumentos a esa prestación refieren que sólo será para personal operativo, según estableció Hacienda. Y aquí surgen dos preguntas ¿entonces porque la integraron a las jubilaciones? y ¿se quedará la cuota congelada?

En agosto de este año la Federación de Militares Retirados AC (Femirac) realizó un plantón ante el Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas (Isssfam) en la ciudad de México, para solicitar la actualización de este concepto, pero funcionarios de esa dependencia les dijeron que la aprobación y actualización está a cargo de  la Secretaría de Hacienda, dependencia a la que ya solicitaron audiencia.

A la lucha de los militares en situación de retiro se ha sumado el periodista Jorge Medellín, especialista en temas militares, quien publicó esta semana dos notas alusivas en el blog Estado Mayor: “Aumentos salariales (y adeudos) en Marina” y “Cuarteleras”, en las que refiere la molestia de quienes “vistieron y defendieron el uniforme y las insignias militares y navales durante décadas”.

Se trata, insisto, de un acto de justicia que no reviste un gran desembolso para el erario, pues sólo por darles un dato, los diputados federales reciben 33 mil 360 pesos de apoyo para despensa y 131 mil 588 pesos etiquetados bajo el rubro otras prestaciones, en donde se inscribe la PSM.

Seguiremos esperando la actualización y el pago retroactivo de la Previsión Social Múltiple. ¿O será una batalla perdida?

 

P.D. En medio de esta batalla llega un gran acaecimiento familiar: mañana se casa mi hija Janet y en la familia estamos muy contentos de verla feliz de iniciar una nueva etapa en su vida. ¡Hay buena mar y soplan buenos vientos!