Puerto Juárez, la ley de la selva

Semanas antes de que Ana Patricia Peralta asumiera la presidencia de Benito Juárez me concedió una larga entrevista...

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Semanas antes de que Ana Patricia Peralta asumiera la presidencia de Benito Juárez me concedió una larga entrevista exclusiva, en sus oficinas. En ésta, la ex diputada recordó que en sus años mozos, al pasar por Puerto Juárez y observar el abandono en el que se encontraba la zona, le despertó el interés de asumir cargos de toma de decisiones para arreglar el descuidado lugar.

Cierto es que Puerto Juárez ya no está tan olvidado como en antaño, pero aún no deja de ser una asignatura pendiente. Falta mucho por hacer en un lugar al que se le debe dar la distinción de 100 por ciento turístico, ya que es la vía principal para cientos de miles de turistas que arriban a Isla Mujeres.

Son muchos quienes opinan que en Puerto Juárez hace falta gobierno, hace falta mano dura, hace falta orden, ante los graves síntomas de anarquía en la que vive en ese punto de Cancún.

Y es que sólo es necesario darse una vuelta por Puerto Juárez para observar como la normatividad es ignorada, los reglamentos son rebasados a las anchas de quien así le conviene.

Un claro ejemplo serían los propietarios de algunos predios, a quienes al parecer no les han avisado que los estacionamientos deben regirse por una ley (lo cual no los exime de nada), y así permiten que los autos se queden en sus terrenos cobrándoles al menos 100 pesos por día, es decir, no importa si el usuario requiere sólo por una hora o dos, no, “o le entras con lo establecido o te vas, punto”, cuando el reglamento ordena que este tipo de negocios deben cobrar una tarifa marcada (hoy 13 pesos) por hora.

Uno pudiera disculpar, hasta cierto punto, a los dueños de esos pequeños predios por la misma ignorancia a la ley, pero en el lugar hay empresas grandes que brindan estacionamiento y que tampoco se rigen por lo establecido en el reglamento. Ahí, el cobro inicia desde el primer minuto, pese a que la normatividad marca que deben ser 20 minutos de tolerancia, o sea, 20 minutos gratuitos.

A esto se le puede considerar como una anarquía tolerada.

Y mientras esto ocurre, pequeños comerciantes del lugar piden a la autoridad municipal, a la estatal e incluso al diputado Julián Ricalde, su intervención toda vez que por esto se han visto afectados, tanto sus negocios como la misma actividad turística que es víctima de esos abusos, decimos, tolerados.

Quizá –señalan los informantes- sea el momento de nombrar a Puerto Juárez como una delegación, con una autoridad fija que tenga bajo su responsabilidad el óptimo funcionamiento de esto que hoy es considerado “un barrio” de Cancún, cuando en realidad tendría de nombrarse algo así como “el padre de Cancún”.

En Puerto Juárez no debe regir la ley de la selva, no, es un lugar mucho más turístico que otros puntos que hasta son promovidos en grandes ferias. Es el punto de vital importancia para Isla Mujeres, cuyas playas han sido nombradas de manera reiterada como unas de las más bellas del mundo.

Puerto Juárez es, pues, una asignatura pendiente y urgente para las autoridades de los tres niveles de gobierno, incluso para la XVII Legislatura.

Y debe tener el lugar que merece. Basta de abusos y de abandono.

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