¿Autoatentado?

Ahora sí que como reguero de pólvora se diseminó la noticia de que a una embarcación de la empresa Barcos Caribe.

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Ahora sí que como reguero de pólvora se diseminó la noticia de que a una embarcación de la empresa Barcos Caribe, propiedad del ex gobernador Roberto Borge Angulo, le colocaron artefactos explosivos de fabricación casera para hacerlos detonar.

 

Decían los detectives de antaño “sigue la pista del dinero” y darás con la verdadera intención que hay detrás de este hecho que huele a un pestilente tufo de corrupción de parte de quien durante su sexenio, se comportó como todo un bandolero capaz de cometer cualquier atrocidad.

 

La pregunta recurrente es ¿por qué alguien en su sano juicio atentaría contra su propio patrimonio, que vale decir también, fue adquirido con dinero público como ocurrió en otras tantas empresas que el ahora defenestrado ex mandatario tiene en varias partes del estado?

 

A estas alturas y después de que saliera a la luz pública la manera cínica en que Roberto Borge y secuaces arrasaron con el patrimonio del gobierno estatal, desviaron recursos públicos y abusaron del poder para afectar a muchas personas, todo es posible, incluso atentar contra sus propios barcos.

 

La explosión en uno de los barcos ocurrido el miércoles 21 de febrero y el descubrimiento de los artefactos explosivos en otra embarcación de la misma empresa que está fuera de servicio desde hace 10 meses, pretendían de manera perversa, sembrar el pánico entre turistas y ciudadanos que de manera cotidiana hacen el cruce Playa del Carmen-Cozumel y viceversa.

En otras palabras, estamos hablando de un acto surgido de una mente torcida que ahora sabemos, es capaz de cualquier vileza con tal de conseguir sus aviesos propósitos. Por fortuna, las autoridades estatales actuaron con celeridad, minimizando el daño que hubiera sido de graves consecuencias para Quintana Roo.    

Decíamos que habría que buscar la pista del dinero y sí, todo hace indicar que la idea es destruir los barcos para cobrar el jugoso importe del seguro, que para alguien acostumbrado al dinero fácil, se trata de una más de sus jugarretas que la mayoría de los quintanarroenses ya no se traga tan fácilmente.

Apenas se publicó en algunos medios de comunicación que Borge Angulo favoreció a un hijo del también encarcelado ex gobernador de Veracruz, César Duarte de Ochoa, para que ganara una millonaria licitación, lo que simple y llanamente se llama corrupción. 

Así hay muchos más casos en los que se favoreció abiertamente a amigos, familiares y cómplices del anterior gobernador, varios de ellos ahora tras las rejas, donde por supuesto exigen tratos preferenciales que sólo gente con recursos suficientes como ellos pueden solventar.

Muchas historias negras seguirán saliendo a la luz pública porque todavía hay tela de donde cortar sobre un gobierno que privilegió el saqueo, el abuso de poder, las humillaciones a sus propios trabajadores, entre muchas otras bajezas propias de cualquier dictador tercermundista.

Debemos ser claros y precisos: el asunto de Barcos Caribe es interno, y si bien compete a la autoridad correspondiente investigar los hechos hasta llegar a las últimas consecuencias, todo es producto de una mente desviada que busca recuperar parte del dinero del seguro y como no queriendo la cosa, desestabilizar al gobierno de Carlos Joaquín.

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