¿A quién le importan las elecciones?

El Movimiento Popular de Guerrero (MPG) amenaza con no permitir el desarrollo del proceso electoral en curso. La democracia está en su mira.

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La protesta en Guerrero continúa radicalizándose. El Movimiento Popular de Guerrero (MPG) amenaza con no permitir el desarrollo del proceso electoral en curso. La democracia está en su mira.

Apenas la semana pasada fuimos testigos de la toma y clausura de las oficinas del INE en Tlapa. Cinco de las nueve Juntas Distritales del INE en Guerrero están clausuradas. La Junta Local, responsable del proceso en todo el estado, también está cerrada.

A salto de mata, los funcionarios electorales han sido videograbados como parte de una estrategia de intimidación.

En el núcleo del MPG está la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación de Guerrero, la parte más dura de la CNTE. Todos los vínculos que la Ceteg alguna vez tuvo con el PRD hoy están rotos. Por la vía electoral ya nada tiene que ganar.

El INE no ha pedido la intervención de la fuerza pública por miedo a que eso acabe extendiendo el boicot electoral, incluso más allá de Guerrero. Ni el gobierno federal ni el local han dado señales de estar dispuestos a aplicar la ley a quienes la violan.

El proceso democrático en Guerrero depende hoy más que nunca de los partidos y los ciudadanos. Como mínimo, los partidos tienen que denunciar con fuerza y claridad este intento de sabotaje electoral. No lo han hecho. Es hora de que lo hagan.

Los ciudadanos ya han mostrado su hartazgo, de manera peligrosa, cuando se han confrontado en la calle con manifestantes. No tendrían por qué hacerlo. No deben hacerlo. Lo que se requiere es que cada vez más voces representativas de la sociedad se pronuncien contra esta estrategia del MPG y a favor de la realización de elecciones limpias.

Hay un antecedente que apunta en la dirección correcta. En 1994 hubo dudas sobre la posibilidad de realizar elecciones en las comunidades zapatistas.

Entonces los partidos forjaron acuerdos, las organizaciones civiles lanzaron iniciativas y los intelectuales se manifestaron inequívocamente a favor de la vía electoral.

Personalidades de amplio reconocimiento incluso se trasladaron a Las Margaritas y Ocosingo. Debía haber elecciones y éstas tenían que ser limpias y confiables.

El reto en Guerrero es parecido. Pero son muy pocos quienes hasta ahora han alzado su voz a favor de las elecciones. ¿Acaso a nadie le importa Guerrero?

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