El priismo y su temor a asumir la oposición

El máximo jerarca cetemista, Carlos Aceves del Olmo, metió la pulla con suma precisión.

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El máximo jerarca cetemista, Carlos Aceves del Olmo, metió la pulla con suma precisión y dio justo en la herida más profunda del priismo estatal: “Fue un grave error no haber elegido como candidato a la gubernatura a Carlos Joaquín”.

El senador refrescó así un episodio ocurrido hace ya más de dos años, pero que al parecer sigue generando dolor, en una herida que permanece abierta y sangrando.

Culpó de esta equivocación a aquellos que aún tienen peso político en el estado, “a quienes ya fueron gobernadores u otros cuya su decisión no resultó. Nuestro candidato natural era Carlos Joaquín”, expuso.
Y el presidente del PRI en el estado no lo contradijo, al contrario.  Manuel Díaz Carbajal, aceptó el señalamiento y remató: “cierto, fue una equivocación del partido haber negado la candidatura a Carlos Joaquín”, y peor aún, dijo: “Hoy el Revolucionario Institucional tiene miedo a asumir el papel de oposición”.

Díaz Carbajal, sostuvo que “desde luego, a la vista de todos, se apreció que Carlos (Joaquín) tenía una preferencia muy alta que el partido debió haber aprovechado. Creo que se debió haber hecho una auscultación más alta y ponderar otras opciones. Sí fue un error, fue una equivocación”, reconoció.

Pero en esta actitud de autocrítica, el dirigente priista escarbó, aceptó que el error no sólo fue dejar ir a Joaquín González, sino que lamentó que el partido ya había tomado un camino que lo apartó de la sociedad, de los electores, de su misma militancia “y esto fue lo que nos perjudicó, por eso lo que se hizo en su momento fue sin tomar en cuenta a la gente”.

Manifestó que el PRI ya no puede dar esperanzas a la sociedad, sino ser un partido certero y predicar con el ejemplo. “Tenemos que apegarnos más a las bases, escuchar sus demandas y ser una oposición firme, crítica y responsable, a lo cual el partido ha mostrado temor”.

El ejercicio de la oposición, añadió, no lo hemos sabido ejercer. “Nos acostumbramos al poder, con vicios muy grandes, vicios que nos llevaron a esta derrota. Llegamos en nuestra burbuja, nos quedamos engolosinados, con un poder que en realidad no se tenía, era un poder ficticio. La sociedad cada vez se ha alejado más de nosotros o nosotros de la sociedad y ambos caminamos en sentidos diametralmente opuestos”.

Hoy, cuando está de moda la palabra “bancarrota”, cabe decir que el PRI se encuentra quebrado, mas no muerto. Está solo, pero se liberó del lastre que representa el Partido Verde. El partido está muy herido a nivel nacional, estatal y municipal, y deberá tejer nuevamente, picar piedra en franca comunión con sus bases, y sobre todo actuar como oposición, tal como lo dice Díaz Carbajal.

Eludir la autocrítica y ser comparsa de los gobiernos en turno, cavará su tumba. Lo sabe, por lo que deberá ser muy puntual en los señalamientos, bien dirigidos y fundamentados, sobre los errores y omisiones de los gobiernos. Sólo así podrá levantarse de las cenizas. Quizá.

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