Hay razones de sobra para amar a México, no sólo porque aquí nacimos, sino porque somos parte de una gran nación.

La principal riqueza de México, decía Carlos Fuentes, no son sus recursos naturales que son abundantes, pero dilapidados y sobreexplotados, sino su cultura.

Somos un país pluriétnico y multicultural. México es un mosaico de expresiones en  música, la danza, las artes plásticas, literatura, fiestas populares, gastronomía, costumbres, leyendas y tradiciones.

Pocos países poseen una gran diversidad cultural que se expresa en su historia, su patrimonio y en sus comunidades indígenas, así como en la adversidad que hemos enfrentado juntos.

México es más que un mariachi. Tiene huapangueros, jaraneros, conjuntos huastecos, tríos norteños, trovadores, marimberos, soneros y una gran diversidad de agrupaciones y géneros musicales.

México es más que Orozco, Siqueiros y Rivera. Tiene la impronta del Dr. Atl, Tamayo, Soriano, Castro, Mérida, Felguérez, Cuevas y tantos otros. México es más que Ramón López Velarde. Tiene a Novo, Paz, Fuentes, Ibargüengoitia, Poniatowska y Del Paso, por citar algunos.

México es más que un puñado de políticos. Tiene hombres y mujeres que se forman en el esfuerzo, el trabajo,  la honestidad y  la conciencia de que tenemos que construir un país de libertades con justicia social.