Siguen las malas noticias económicas

El recorte presupuestal anunciado, el incremento en el gasto corriente, la pérdida del valor de nuestra moneda y el crecimiento de la deuda pública dan un panorama nada alentador para la economía nacional.

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En los días que corren -para mala fortuna de nuestro país- se comprueba que, con el retorno de los gobiernos del PRI a la administración pública federal, regresa la veracidad de un dicho de la sabiduría popular: “Si se quiere saber cómo le irá a la economía nacional basta con estar pendiente de las declaraciones del secretario de Hacienda; acontecerá lo opuesto a sus dichos”. 

Todavía estaban frescas las declaraciones del funcionario hacendario en el sentido de que la caída de los precios del petróleo no afectarían las estimaciones presupuestales merced a las previsiones tomadas y su buen manejo de las finanzas públicas. Apenas vamos empezando el segundo mes del año y resulta que siempre sí “a chuchita la bolsearon”.

El recorte presupuestal anunciado que, al parecer, no será suficiente, el sostenido incremento en el gasto corriente, la pérdida del valor de nuestra moneda, el crecimiento de la deuda pública y otras linduras adicionales configuran un panorama nada alentador para la economía nacional. El año todavía es joven y lo iniciamos temiendo que, por tercer año consecutivo, no se cumplirán las predicciones hacendarias en materia de crecimiento económico.

Y lo peor es que ya sabemos el comportamiento de quienes ahora nos gobiernan ante este tipo de escenarios en año electoral: gastar con propósitos electorales es la prioridad aunque se incremente el déficit, la deuda o la carga impositiva a los contribuyentes. Y es que los recortes generalmente afectan en mucho la inversión y -contrario a lo que se anuncia- poco el gasto corriente dilapidador. 

Es cierto que el entorno externo no es el más adecuado, pero pocas veces lo ha sido. Si la política fiscal y financiera sigue siendo restrictiva e irresponsable siempre acontecerá algo en el exterior que nos dañe. Sin reactivación del mercado interno no se puede crecer. Siguen siendo muy malos para gobernar.

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